El órgano ya tenía ganas de regresar a su hogar. Madrugador, a las 8 de la mañana de ayer, el instrumento reconstruido desembarcó del carguero, que provenía de Barcelona, en el puerto de la ciudad y dentro del tráiler que transportaba las distintas piezas. Su próximo destino: la Basílica de Sant Francesc.

Nueve operarios fueron vaciando el camión y portando hasta el interior de la iglesia piezas de hasta 350 kilos. Toda la planta absidal del edificio estaba ocupada por un millar de piezas que conforman sólo la mitad del interior del titán de las teclas.

Cuatro albañiles estuvieron trabajando desde el lunes para montar el andamio desde el que se irán introduciendo con la ayuda de una grúa los distintos elementos musicales en un hueco del edificio. "Todo el trabajo deberá hacerse con la máxima precisión posible para no dañar la fachada del órgano, ya restaurada a principios de este año por Montse Dezcallar de Es Taller", explica Ulrich Frank, uno de los responsables del montaje junto a Jordi Andújar.

Los trabajadores que ayer se encontraban en la basílica colocaron la tarima de madera sobre la que se irán colocando el resto de elementos del instrumento. A continuación, se procederá al montaje de los secretos del pedal con los tubos (que ascienden a un total de 3.379), algunos con un tamaño de cinco metros. Una vez encajadas estas piezas, se procederá a colocar la estructura y los soportes para introducir el motor de aire y los fuelles, "que son el pulmón del órgano", según Frank. A continuación se dispondrán los secretos del órgano mayor, que cuenta con 16 registros distintos, y del expresivo, que tiene 14. La última parte del montaje será la del portavientos y la mecánica, a la que se procederá cuando llegue un segundo camión en una semana que traerá la consola con sus tres teclados y los tubos metálicos.

La tracción del órgano es mecánica, pero la activación de los 55 registros distintos a los que puede llegar el instrumento, y con los que puede llegar a producir 5.000 combinaciones diferentes, es eléctrica, ya que funciona con un dispositivo informático.

Los operarios calculan que habrán terminado el montaje para finales de este mes. La segunda fase del proyecto, que habrá ascendido a un total de 830.000 euros, será para diciembre. El responsable de la reconstrucción del original de Jordi Bosch, Gerhard Grenzing, llegará a la isla en diciembre con sus técnicos para armonizar cada uno de los tubos y engranajes del instrumento de tal manera que "para finales de diciembre, especialmente para la misa de Maitines, sonará durante la ceremonia litúrgica", promete entusiasmado Francesc Batle, el superior del Real Convent de Palma.

En enero se procederá a los últimos retoques y la postrera armonización, para que a finales de febrero o principios de marzo se pueda inaugurar con conciertos de cualquier pieza de literatura musical.