El Mallorca necesitaba como el comer una victoria como la de ayer. Es cierto que el Olot no es de los que asusta, pero también lo es que este equipo lleva algunas semanas elevando su nivel después de la racha de seis jornadas sin ganar. Ante el Lleida ya deslizó algunas de las características que le hicieron bordar la primera vuelta, al igual que en los primeros minutos ante el Elche en el Martínez Valero. Pero el triunfo ante los olotins llega en un momento ideal para aumentar la autoestima de un grupo que ha hecho las cosas muy bien durante la temporada. Porque, de lo contrario, no se proclamaría virtual campeón a falta de todavía tres jornadas. A ver cómo transcurre el play-off, eso no lo sabe nadie, pero será más fácil si Manolo Reina vuelve a mostrarse seguro, si Raíllo sigue tan contundente, si Joan Sastre sube la banda con tanto talento, si Salva Sevilla sigue mandando en el centro de campo y, sobre todo eso, si el ataque demuestra pegada. Y todo eso sucedió ayer. Lago estuvo fabuloso y Abdón y Aridai volvieron a marcar. El de Artà lo necesitaba más que nadie para tener confianza en un momento tan delicado y el canario, precipitado en ocasiones, para sentir que puede marcar diferencias en esta Segunda B. Todo eso suma para salir de esta categoría lo antes posible. Lleva camino de ello.
