Hace muchas jornadas que el Mallorca vive de rentas. La diferencia con el segunda clasificado, de nuevo el Villarreal B tras su victoria ante el Lleida y el empate del Elche en su visita al Ebro, es de siete puntos a falta de siete jornadas para el final de la temporada regular, que dará paso a los play off de ascenso a mediados del próximo mes de mayo. Debería bastar esta diferencia, pero dado el paupérrimo estado de forma de los hombres de Vicente Moreno, se hace difícil apostar por ellos.

El conjunto rojillo alcanzó la treintena de puntos al final de la duodécima jornada, en un comienzo de temporada espectacular. En las mismas jornadas de esta segunda vuelta, el Mallorca suma 17 puntos, trece menos. Y es que a los rojillos se les ha olvidado ganar. En el Rico Pérez de Alicante sumaron su quinta jornada sin conocer la victoria o, lo que es lo mismo, sumó su tercer punto de los últimos quince. Pese a presentar unos números tan discretos, la diferencia con el Villarreal B es de siete puntos, que debería ser suficiente para mantener la primera plaza y disputar la eliminatoria de campeones que, de superarla, daría el ascenso directo a Segunda A, el único objetivo.

Debería ser suficiente si la imagen del equipo fuera otra, si a los jugadores no se les hubiera olvidado la fórmula para sumar de tres en tres. Un aspecto que preocupa es el calendario. Y con razón. El Mallorca se debe enfrentar a cinco de los seis equipos más en forma de esta segunda vuelta.

El próximo domingo afronta el equipo otra visita complicada, como es el Valencia, uno de los conjuntos en alza en esta segunda vuelta. Después recibe en Son Moix al Lleida, el segundo mejor equipo desde que se superó el ecuador del campeonato, con 23 puntos, y que aspira a meterse en la promoción de ascenso. A la semana siguiente, el 15 de abril, un partido clave en Elche, que pelea por la segunda plaza sin descartar del todo la primera, aunque frente al Ebro dio un paso atrás con su agónico empate obtenido en el último minuto.

En las cuatro últimas jornadas, dos partidos en Palma -Olot y Badalona, el mejor equipo de la segunda vuelta- y dos fuera, Sabadell, que a lo mejor ya no se juega nada porque ahora ocupa la décima plaza, en tierra de nadie, y Deportivo Aragón, colista, para cerrar el campeonato, a priori el más asequible de los rivales en el caso de que necesite la victoria para garantizar la primera plaza. Si así fuera, sería la peor señal, la de que los rojillos alcanzarían en crisis el momento crucial de la temporada, como son los play off de ascenso a Segunda.

Preocupa en el cuerpo técnico la falta de gol y las dificultades para crear peligro en la portería rival. Ante el Hércules fue el último ejemplo. Los delanteros no marcan, y si lo hacen es de penalti, como Lago el domingo en el Rico Pérez. Contra el Formentera fue un defensa, Sastre, el que dio un punto al equipo también con el partido agonizando. La gran primera vuelta les mantiene líderes.