El Mallorca es un líder con lo justo. El equipo de Vicente Moreno dio el domingo muestras de flaqueza en Cornellà ante el cuarto clasificado, que se mostró muy superior desde el primer al último minuto. El entrenador mallorquinista, que siempre que se le presenta la ocasión destaca que dispone de una gran plantilla y que la ausencia de un titular apenas se nota, comprobó ante el filial del Espanyol que esta teoría está muy lejos de ser realidad.

En los 27 partidos que se llevan disputados, Moreno se ha visto obligado a alterar su once titular, ya sea por lesiones o por sanciones. Pero nunca como hasta el domingo había encarado un encuentro con tantas bajas. Hasta cinco titulares no pudieron alinearse en Cornellà: Sastre, Salva Sevilla y Álex López por sanción y Aridai por lesión, a los que hay que unir al indiscutible Lago. Posiblemente con ellos en el terreno de juego también se hubiera perdido, porque el Cornellà afrontó el partido más mentalizado, dispuesto a ir a por la victoria desde el primer minuto. Y se vio de inmediato. Los jugadores catalanes siempre ganaban las segundas jugadas y llegaban con peligro al área de Reina. Lo peor del Mallorca no fue la derrota, sino la imagen que ofreció ante un equipo de categoría similar a los que se encontrará en la fase de ascenso.

Los jugadores que sustituyeron a los titulares no dieron la talla. Moreno optó por Xisco Campos, un central, para suplir la baja del indiscutible Sastre en el lateral derecho. El central mallorquín nunca se sintió cómodo en esta posición. El sustituto natural de Sastre es Fran Gámez, que se ubicó como extremo en lugar del lesionado Aridai. El valenciano, sin hacer nada del otro mundo, no fue de los peores del equipo. Lo intentó por su banda y puso los mejores centros al área, que nunca encontraron rematador.

Damià suplió a Salva Sevilla. No aprovechó la oportunidad. Su presencia en el centro del campo fue del todo intrascendente. El verdad que el jugador de Almería baja de manera notable su rendimiento cuando juega sobre césped artiticial, pero la del domingo era una buena oportunidad para Damià de convencer a su entrenador. Tampoco le ayudó Pedraza, que tuvo una actuación para olvidar, incapaz como sus compañeros de dar dos pases seguidos.

El cuarto suplente fue Cedric, que se ha llevado las mayores críticas. Sobre todo, por su clamoroso error en el minuto 84, cuando remató al muñeco un balón en un cara a cara con el portero local. Hasta ese minuto, su actuación fue testimonial. No está dando la talla el delantero mallorquín y su futuro en el equipo está más que en entredicho, y más si finalmente se consigue el ansiado ascenso a Segunda.

El capitán Raíllo, expulsado a un minuto del final por decirle al árbitro "qué jeta tienes", por lo que le pueden caer dos partidos de sanción, será otro de los titulares indiscutibles que se perderá, como mínimo, el partido del próximo domingo contra el Ebro. De vuelta Sastre, lo más probable es que Moreno no se complique la vida y coloque como centrales a Xisco Campos y José Ángel.

El inminente regreso de Lago Junior, en la última fase de su recuperación tras la grave lesión que se produjo el pasado mes de diciembre, ayudará a que el entrenador se acerque a su once ideal, el que ha jugado la mayoría de partidos y el artífice de que el equipo sea líder destacado, con nueve puntos de ventaja sobre el Villarreal B. Moreno tiene dos jugadores por puesto pero, a la hora de la verdad, al técnico le dan garantías doce o, a lo sumo, trece futbolistas. El domingo tuvo una buena muestra de ello con una pobre actuación del equipo.