¿Cómo lleva su familia toda esta obsesión por el fútbol?

Lo llevan bien porque de alguna forma es con lo que han vivido desde siempre. Estoy con mi mujer desde que tengo dieciocho años, ella ya ha vivido toda mi parte profesional como jugador y ahora le toca como entrenador.

¿Ya era así siendo futbolista?

Siempre me he considerado bastante profesional y creo que por eso pude jugar hasta los 37. Mi mujer y los niños me conocen y disfrutan del fútbol como aficionados. Suelen venir a ver los partidos a Son Moix, aunque siendo sinceros sé que mi mujer podría vivir sin ver los encuentros, aunque se ve obligada a acompañar a los niños (ríe). Es verdad que esta profesión me quita mucho tiempo que podría dedicar a la familia, pero todo en esta vida conlleva unos sacrificios y familiarmente los asumimos.

Su hijo de 13 años juega en el Mallorca, ¿quiere seguir sus pasos?

Le gusta el fútbol, pero sin más. Lo que deben hacer los niños es deporte, luego, dependiendo de las virtudes que pueda tener, tendrá más opciones o menos, pero no es algo a lo que yo esté muy pendiente. Esta temporada me habría gustado haber ido más veces a verle jugar, pero el trabajo me lo impide. En mí no tiene al típico padre pesado, solo quiero que lo pase bien y que haga deporte. Si ocupa su tiempo en el deporte, hay menos posibilidades de que lo ocupe en otras cosas.

¿A qué dedica el poco tiempo libre que le deja el Mallorca?

A mi familia, sin hacer nada especial, pero estar con ellos que es lo que seguramente necesitan.

¿Han tenido tiempo para visitar la isla?

Lo que me pasa a mí creo que le pasa a muchas personas. Los que somos de zona mediterránea, nos gusta saber que el mar está ahí, aunque luego no pisemos la playa, pero nos basta. He visitado poco hasta el momento: Formentor, el centro de la ciudad? Es una isla bonita y con muchos rincones por descubrir.

¿El mallorquín le reconoce?

Al principio pasaba más desapercibido, pero poco a poco la gente te va conociendo. Es algo que forma parte de tu trabajo y es de reconocer que siempre han sido muy agradables y educados. El hecho de que el equipo obtenga buenos resultados ayuda a que las opiniones sean positivas. En ocasiones parece que hay una distancia muy grande entre los profesionales del fútbol y la gente, y lo cierto es que somos nosotros los que nos debemos a ellos.