De penalti también vale. Un lanzamiento desde los once metros de Bonilla a quince minutos del final tras un claro agarrón de Navarro sobre Sastre dieron los tres puntos al Mallorca. De forma totalmente merecida porque si un equipo lo hizo todo para ganar ese fue el equipo de Moreno. No tuvo su mejor día, pero quizá por eso los tres puntos se saborean más.

Habrá que acostumbrarse a que el Mallorca inicie los partidos medio dormido, como si los jugadores se acabaran de despertar. Les cuesta horrores a los hombres de Vicente Moreno enchufarse, ponerse las pilas y que se den cuenta de que no están en un rutinario entrenamiento en Son Bibiloni, sino en Son Moix, ante seis mil espectadores deseosos de ver jugar a su equipo.

Delante tenía el Mallorca al Alcoyano, el mejor visitante de la categoría, después de los rojillos, claro. Pensar dónde estaría este equipo si no hubiera perdido tanto en su casa, seguramente se ubicaría en zona de play off. Demostró el once de Galiana ser un equipo ordenado, rocoso en defensa, como muchos de los rivales del Mallorca esta temporada. Afortunadamente, muy endebles delante, por no decir inocentes. Reina disfrutó de una matinal de lo más tranquila, salvo algún pequeño susto en la segunda parte.

La poca salsa que se vio en los primeros cuarenta y cinco minutos la pusieron Aridai y James. El primero, el único refuerzo de invierno que es titular indiscutible, lo intentó de todas las maneras. Con cabalgadas por la banda que excitaban a la afición, con disparos desde fuera y dentro del área, que unas veces se iban fuera y otras las detenía el guardameta del Alcoyano Bañuz. Y James,que justamente ha quitado el puesto a Bustos, que se ha dormido en los laureles, tuvo momentos de inspiración. Ninguno como en el minuto 20, cuando una gran jugada personal por la banda derecha la culminó con un centro medido a Cedric. Pero incomprensiblemente el canterano envió el balón fuera para sorpresa de todos. En jugadas como esta los delanteros se ganan el puesto. La larga sanción a Álex López -ayer cumplió el primero de sus cuatro partidos- es la oportunidad que estaba buscando Cedric para convencer a su entrenador de que una plaza en el once titular es suya. Ayer estuvo muy cerca de desperdiciar la primera bala. Puede y debe hacerlo mucho mejor. Por quinta jornada consecutiva el Mallorca se iba al descanso sin marcar.

Como suele ser habitual, el Mallorca salió con otra intensidad en la segunda parte. Y como suele ocurrir, las ocasiones se sucedieron a favor de los rojillos. La tuvo Bonilla, Cedric, Xisco Campos en dos ocasiones, y Abdón, dos minutos antes de la jugada que decidió el partido, el claro agarrón de Navarro a Sastre, una vez más un puñal por su banda derecha. El penalti quería lanzarlo Salva Sevilla, pero, decidido, Bonilla se hizo dueño del balón y lo colocó en el punto de penalti. Y la metió dentro. El penalti hizo justicia a los mayores méritos de los locales, que buscaron el gol de todas las formas posibles.

Hasta el final hubo tiempo de ver el debut de Ndi, que entró por el lesionado James en el minuto 73; el estreno de Faurlín ante su nueva afición, y un feo gesto del Alcoyano, que en una norma no escrita no entregó el balón a su rival cuando el Mallorca lo tiró fuera por lesión de Aridai. Lógicamente, el equipo alicantino se llevó la bronca de los indignados aficionados por su falta de deportividad, difícil de ver en los tiemposque corren. Los seis minutos que añadió el árbitro al tener que ser atendido Xisco Campos se le hicieron eternos al Mallorca, que al final pudo cantar una nueva victoria, que de penalti también vale.