El Mallorca se ha reencontrado a sí mismo. La tercera victoria consecutiva, conseguida el pasado domingo ante el Ontinyent (1-0), ha relanzado de nuevo al equipo de Vicente Moreno. La racha de mes y medio sin conocer la victoria parece que ha quedado definitivamente atrás y en el vestuario mallorqunista todo son buenas caras.

Hasta mediados de noviembre, cuando el Mallorca dejó de ganar, el conjunto rojillo era el indiscutible líder, no solo de su grupo, sino de los cuatro que componen la Segunda B. Llegó a aventajar en trece puntos al segundo clasificado, el Villarreal B, distancia que se redujo a cuatro tras la negativa racha rojilla.

Ahora, tras los triunfos ante el Atlético Baleares (3-2), Atlético Saguntino (1-2) y Ontinyent, la ventaja es de nueve puntos, una diferencia que tranquiliza al entorno mallorquinista, que empezaba a temer por la primera plaza, la que permite disputar una eliminatoria que, de ganarla, conduce directamente al ascenso. El Mallorca se ha aprovechado de los tropiezos del Villarreal B, el último el domingo al caer sorprendentemente en su campo ante el Alcoyano (0-1).

La jornada 24 fue negra para los líderes de los otros grupos. El Fuenlabrada, con 50 puntos, perdió 3-1 en su visita al Pontevedra, que ocupa una de las últimas plazas. El Sporting B, líder del grupo II, no pasó del empate en su campo ante el Peña Sport (1-1), penúltimo clasificado. Este tropiezo es el que ha permitido al Mallorca ser el mejor líder de toda la categoría, con 53 puntos, ya que el filial del Sporting aspiraba a alcanzar los 54 en caso de victoria, de la que muy pocos dudaban.

El grupo IV, a priori, es el más endeble. El líder Cartagena, con 45 puntos, perdió 1-0 en el campo del Villanovense, otro equipo que lucha por huir de las últimas plazas.

Faltan catorce jornadas para el final del campeonato y, aunque la diferencia de nueve puntos es tranquilizadora, Moreno no permite ningún tipo de relajación. Los quiere a todos enchufados para mantener una línea que les debe dejar en primera posición.