Robert Sarver ha dicho basta. Harto de la pasividad del Ajuntament de Palma para la reforma de Son Moix, el propietario del Real Mallorca ya ha dado los primeros pasos para abandonar el estadio donde el primer equipo juega desde 1999, con la intención de levantar un nuevo recinto fuera de Palma. Personas del entorno del máximo accionista del club examinan desde el verano del año pasado varios solares, ubicados en Llucmajor y Calvià, con el objetivo de que una de estas localidades sea la nueva casa del mallorquinismo.

El Mallorca tiene controlado un solar en Llucmajor, y le consta que en esta última localidad se le abrirían las puertas de par en par. Sarver ha dejado dicho a los suyos que quiere un estadio de fútbol y que está dispuesto a pagarlo de su bolsillo si Cort no autoriza la supresión de la pista de atletismo. A diferencia de lo que tenían pensado hacer anteriores gestores del Mallorca, principalmente Vicenç Grande, el magnate norteamericano pretende la construcción de un estadio en el que se respire solo fútbol, por lo que tiene descartado levantar viviendas y centros comerciales alrededor. No quiere especular y que se pueda interpretar que busca un pelotazo.

En el club hay un gran malestar con Cort, con el anterior alcalde Jose Hila y con el actual Antoni Noguera, porque no se siente correspondido. Consideran los dirigentes del Mallorca que sus temas siempre se alargan, que los trámites administrativos con el Ajuntament son muy complicados. Así, por ejemplo, hace tiempo que han solicitado la licencia definitiva para la Grada Lluís Sitjarlicencia definitiva para la Grada Lluís Sitjar, que de momento no pasa de provisional. Tampoco ha gustado lo que consideran un trato de favor hacia el Atlético Baleares, al que Cort ha concedido 500.000 euros para la rehabilitación del Estadio Balear, y se recuerda que cuando Hila era alcalde se recibió en comitiva al presidente Ingo Volckmann.

El principal motivo del enfado es la falta de respuesta a la intención del club de suprimir la pista de atletismo de Son Moix. Desde el pasado mes de octubre, el Mallorca dispone de un informe favorable del Consejo Superior de Deportes (CSD) por el que se concede el permiso al club para suprimir las pistas de atletismo. Pero el Mallorca se estrella con la dilatación del tema por parte de Cort. En virtud del convenio de cesión por cincuenta años del estadio por parte del Ajuntament de Palma al Mallorca, se estableció en su día una comisión de seguimiento por el que ambas partes deben comunicar sus intenciones en cuanto a posibles reformas en el recinto deportivo. El club necesita la luz verde de Cort para la supresión de la pista.

El Mallorca dispone de un informe de viabilidad de un Son Moix sin pista de atletismo realizado por dos despachos de arquitectos, uno norteamericano y otro británico, que ejecutarían en el caso de que Cort diera su visto bueno a precindir de la pista de tartán. Si finalmente el club se decantara por seguir en Son Moix, la idea inicial que se baraja es la de mantener la tribuna cubierta y bajar unos centímetros el terreno de juego manteniendo la grada Sol y construir unas nuevas de las de fondo. De este tema se trató el pasado mes de noviembre en Phoenix entre el consejero delegado Maheta Molango y el presidente del club Andy Kohlberg, en una reunión a la que faltó Sarver ya que estaba convalenciente de una reciente intervención en la rodilla.