Definitivamente el Mallorca ha entrado en crisis, o si lo prefieren en una pájara monumental, como las que atraviesan los ciclistas en los puertos del Tour o la Vuelta. El equipo de Moreno se ha quedado clavado, sin gasolina y sin ideas. Y la mejor prueba es que el Deportivo Aragón, colista del grupo, en las antípodas del Mallorca, arrancó un empate que bien pudo ser victoria para los aragoneses, que parecieron cualquier cosa menos colistas de la categoría. Parecía la de ayer una inmejorable ocasión para romper la racha de tres empates consecutivos. Pero no. El equipo demostró, por encima de todo, que necesita de forma urgente unas vacaciones. Hace escasamente un mes la victoria no se hubiera escapado. Después de hacer lo más difícil, remontar, el equipo rojillo se dejó empatar. Un tropezón en toda regla.

Se veía venir. El pasado domingo fue Sastre el que evitó el primer traspié en el último minuto en Badalona. Ayer no apareció el lateral, muy espeso toda la matinal, como casi todos sus compañeros. Por fallar, hasta lo hizo el indiscutible Reina. El guardameta, una de las claves del dominio incontestable del Mallorca en la clasificación, erró en la jugada del primer gol del Deportivo Aragón. Era el minuto 38. Hasta entonces había pasado poco o nada. Un partido espeso como pocos. En definitiva, una castaña. Un centro desde la izquierda, aparentemente sin posibilidad de que acabara en algo reseñable, acabó en gol. A Reina se le escapó un balón cómodo. Allí estaba Nieto para aprovechar el regalo y poner en ventaja a su equipo. Los jugadores del Mallorca reclamaron al árbitro no se sabe qué. Quizá un contacto del delantero con el portero en el salto, del todo inapreciable. Por primera vez en la temporada el Mallorca se veía abajo en el marcador en Son Moix. Como reza el lema del club esta temporada, tocaba remar para remontar.

La segunda parte empezó con algo más de brío por parte del Mallorca. La idea era montar lo más parecido a un acoso y derribo en el área del rival, a riesgo de recibir contras, que fueron muy peligrosas. Moreno reaccionó raudo en los cambios. El primero, a los ocho minutos cuando James entró por un Bryan Reyna que no aprovechó la oportunidad. Al jovencísimo jugador peruano le pudo la responsabilidad de sustituir al indiscutible Lago, de baja una larga temporada. No se vio en ningún momento el descaro que tantas otras veces ha demostrado. Las ocasiones se sucedían en una y otra área. Moreno decidió dar entrada a Cedric por Pol Roigé, otro que tiró el partido a la basura. El nigeriano iba a ser determinante en la reacción del equipo. Primero con su gol a los cinco minutos de entrar al terreno de juego, eso sí, con la ayuda del guardameta Aarón. Su disparo desde fuera del área no parecía que acabaría con el balón en el fondo de la portería, pero como a Reina en el primer gol visitante, al portero se le escurrió el balón de las manos.

El Mallorca estaba decidido a darle la vuelta. Y lo logró diez minutos después con un gran remate de cabeza de Álex López a centro de Bonilla. Mucha culpa del gol la tuvo Cedric, que llegó a un balón imposible que se iba fuera de banda. Lo recuperó, lo cedió a Bonilla y este puso un centro milimétrico al delantero catalán, que marcó los tiempos como el mejor delantero en su remate de cabeza.

El trabajo parecía finiquitado. Pero el equipo de Laínez no se rindió. A dos minutos del final, una de las muchas contras que protagonizó acabó en gol. No se puede decir que el resultado sea injusto. En cualquier caso, es un empate con sabor a derrota porque el equipo ya tocaba la victoria con las manos. Al líder no le pueden sorprender de esta manera, y menos el colista, aunque ayer no lo pareciera.