Tan mal acostumbrados nos tiene el Mallorca esta temporada que el segundo empate consecutivo sin goles es algo similar a una minicrisis, de juego y de resultados. El equipo de Moreno ha perdido frescura en el juego, lo que se traduce en la falta de oportunidades en el área rival. Esta mañana no ha tenido ninguna clara. Se ha estrellado cada vez ante una defensa rocosa, que no ha dejado ningún resquicio por donde pudiera meterse el Mallorca, que ha acabado desquiciado ante la solidez del Sabadell, el rey del empate.

Todo el partido se ha disputado bajo unos parámetros similares. Dominio prácticamente total del Mallorca pero sin crear peligro en el área de Roberto, al que no se le recuerda ni una parada de mérito. El conjunto arlequinado, que hoy ha sumado su undécimo empate, se ha limitado a controlar y a salir a la contra. Toni Seligrat, técnico del Sabadell, ha demostrado tener muy bien estudiado al equipo de Moreno. Bien atadas las bandas, ha reducido a la mínima expresión a Pol y a Lago, y los centrales han atado en corto a Abdón y Álex López, sin opciones.

El Mallorca ha controlado el partido desde el primer minuto. El problema es que no pasaba nada en las áreas, ni en la del equipo rojillo -no se le recuerda ni una parada a Reina- ni en la del Sabadell. Tímidas aproximaciones de los locales, pero nada que llevarse a la boca, en un partido espeso. Y el frío no acompañaba para nada a que el público se animase y apoyara al equipo.

A falta de noticias, el colegiado tinerfeño Pinto Herrera decidió erigirse en protagonista del partido. No pasaba nada, era el encuentro ideal para que el árbitro pasara desapercibido. Empeñado en no mostrar ni una sola tarjeta en la primera parte, encrespó a los jugadores de ambos equipos. Porque motivos para ello había, en un duelo, sin embargo, marcado por la deportividad. Tampoco quiso saber nada en las áreas, sobre todo al cuarto de hora cuando los locales reclamaron un penalti por caída de Abdón. Es verdad que el artanenc no ayuda nada a los árbitros por su forma de jugar, yendo a por todas las pelotas como si fuera la última del partido y exagerando sus caídas. Pinto Herrera no ha querido saber nada. Lo que consiguió, con esta pasividad, fue molestar a los jugadores y a los aficionados.

No ha sido la única acción polémica del partido. En el minuto 65 el árbitro se ha comido unas claras manos ee Sastre dentro del área. Pasaban los minutos y nada ocurría. Pero si algo tiene este equipo es que nunca se rinde y, aunque con más o menos fortuna, siempre busca el gol, la afición mantiene la esperanza hasta el pitido final. A punto estuvo de marcar Lago en el minuto 74 con un tiro de rosca desde fuera del área que se ha ido fuera por muy poco. Ha sido posiblemente la mejor ocasión del Mallorca, lo que da una idea de lo que ha sido el partido, un querer y no poder de los rojillos ante un rival incómodo y que para nada sorprende que solo haya perdido dos partidos en toda la temporada.

No hay motivos para la alarma. La temporada es muy larga, y quien soñara con que en ningún momento habría altibajos, se equivoca. El equipo sigue invicto y, una jornada más, ha acabado un partido con la portería a cero. Tanta es la ventaja que lleva el Mallorca al segundo, once puntos al Villarreal B, que se puede permitir el lujo de empatar este y alguno más.