El Mallorca ya ha demostrado en este inicio de Liga que no se cansa de ganar. Pero, por si acaso, el club ha diseñado un sistema de primas para mantener la tensión hasta el final de la temporada. Son premios personalizados para que cada uno de los jugadores tenga una motivación adicional a la que ya supone de por sí el reto común de luchar por regresar a la Segunda División. También están instauradas las gratificaciones colectivas, por victoria y por punto logrado, un aspecto ya más habitual en el fútbol profesional.

El consejero delegado Maheta Molango y el director deportivo, Javi Recio, con el acuerdo del técnico Vicente Moreno, no quieren dejar nada al azar al ser conscientes de que esta temporada no pueden fallar después del traumático descenso del curso anterior. Esta medida pretende evitar la relajación por si el equipo logra el título de campeón en abril, cuando todavía quede másde un mes para afrontar el play-off, en el caso de seguir en lo más alto de la tabla.

La entidad retribuye tanto por goles anotados, por asistencias, como por dejar la portería a cero, así como también por partidos disputados. Pero no es lo mismo que Álex López marque tres tantos que lo haga Cano, por poner un ejemplo. El primero es delantero y es normal que tenga opciones de marcar más que el segundo, que es centrocampista y que, además, está disfrutando de menos minutos. Para un centrocampista dar un gol puede tener una remuneración similar a la que tenga un ariete por anotarlo.

El Mallorca tiene previsto unos baremos para que ninguno de los jugadores sienta que se favorece más a unos que a otros. Incluso también está estipulado que los suplentes o no convocados puedan ser gratificados. La intención desde la pretemporada es que cada futbolista eleve su rendimiento al máximo hasta el punto de que no es lo mismo para un futbolista meter tres goles en tres partidos consecutivos que hacerlo en diez. Hasta en esos detalles se han fijado para mantener la intensidad en el día a día. Incluso en el aspecto defensivo también se lleva una prima el equipo al completo por no recibir ningun tanto, así como la zaga a nivel individual, entre otras circunstancias del juego.

El buen ambiente que respira el vestuario de Son Bibiloni incluso también se nota en el reparto de multas, algo en lo que también tienen que ver los capitanes Xisco Campos, Manolo Reina y Raíllo. Son los encargados de que sus compañeros las asuman a rajatabla, sin ir más lejos, en el caso de llegar tarde a un entrenamiento o a una charla del técnico sobre el césped. La plantilla es profesional, una de las mejor pagadas de Segunda B, pero sus salarios están lejos de ser los que se cobran en Primera y en algunos clubes de Segunda, por lo que en la planta noble entienden que los premios, aunque no sean muy altos, son bienvenidos.

La friolera de doce triunfos y tres empates en los primeros quince encuentros, que mantienen a los bermellones como absolutos líderes del grupo tercero de la división de bronce, con trece puntos sobre el Villarreal B, segundo, está evidenciando que los rectores de la entidad han acertado con la elección de Moreno para el banquillo y con los fichajes.

Esta fabulosa trayectoria alimenta las ilusiones del ascenso, pero todavía queda mucho para el final de un curso que, como pronto, acabará a finales de mayo si se cuenta el play-off. De lo que se trata es de que nadie suelte el pie del acelerador y para eso hay recompensas que complementan la indiscutible ambición de este grupo. De momento está saliendo muy bien. "No estamos preparados para perder y sí para ganar", destacó el técnico tras ganar al Elche. Y si eso aporta un extra, pues mejor.