Lo volvió a hacer. Steve Nash volvió a vestirse de corto para compartir un entrenamiento con la plantilla del Real Mallorca, equipo del que es uno de los máximos accionistas. En esta ocasión Vicente Moreno hizo las veces de Fernando Vázquez y no tuvo ningún problema en exigir al exbase de la NBA lo mismo que al resto de sus pupilos.

Por suerte para Nash y, a diferencia de los dos primeros entrenamientos que protagonizó con la plantilla bermellona hace ahora casi un año, el exbaloncestista estuvo acompañado en todo momento por uno de los accionistas minoritarios del club y antiguo futbolista de la Premier League, Stuart Holden.

Nash y Holden, ambos retirados ya hace unos cuantos años de su faceta como deportistas, aguantaron con bastante dignidad y mucho mejor que algunos futbolistas que han transitado por Son Bibiloni, la sesión que Moreno tenía preparada a sus pupilos.

El sol y el calor se adueñaron de Son Bibiloni desde primera hora de la mañana. El entrenamiento, que estaba previsto para las 10.30 se retrasó casi tres cuartos de hora. Maheta Molango se ofreció para mostrar a ambos accionistas la Ciudad Deportiva y el Players Lounge, mientras el técnico valenciano departió con sus jugadores en el vestuario cerca de media hora.

Una vez reunidos, el exfutbolista de la Premier se sorprendió de que los jugadores tuvieran que ‘aguantar’ una charla tan larga después de haber logrado una victoria tan abultada ante el Llagostera. Javier Recio cumplió como anfitrión e hizo las correspondientes presentaciones. Finiquitados los protocolos y acicalados ya para la ocasión, los accionistas saltaron al césped con el resto de la plantilla.

Steve Nash y Stuart Holden cumplieron como cualquier jugador más durante los primeros minutos del entrenamiento. Aguantaron el ritmo impuesto por el preparador físico y participaron activamente en los rondos y los ejercicios que les propusieron. A través de señas y cuatro gestos, Moreno se hizo entender y a Nash y Holden no se le vio desubicados

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El problema empezó a hacerse algo latente cuando se iniciaron los partidillos. En más de una ocasión se pudo oír al preparador rojillo elevar la voz a sus pupilos anunciando que “los del peto amarillo” también jugaban, refiriéndose a ambos accionistas que, en ocasiones, eran ignorados por sus ‘compañeros de equipo’. Los futbolistas, además, también elevaron el respeto y la prudencia cuando lestos tenían el balón, quizás sabedores de la repercusión que podía entrañar una fea entrada sobre un inversor que te está dando de comer.

Tras hora y media, Moreno puso fin a otra curiosa iniciativa del club. Ferran Giner, que hoy cumplía años, tuvo que atravesar un pasillo que le hicieron sus compañeros y Nash y Holden, con ánimo de interactuar con el equipo, colaboraron con la correspondiente colleja. “El partido creo que mejor se lo dejo a ellos”, acertó a pronunciar un exhausto Steve Nash ya de camino a los vestuarios.