El Mallorca es el nuevo líder del grupo III de Segunda B el día en que logró la victoria más holgada de la temporada, 4-0 a la Llagostera, en un partido en el que los hombres de Vicente Moreno aprovecharon prácticamente al cien por cien las oportunidades de que dispuso, mientras el conjunto catalán recibió un castigo excesivo por el protagonismo que tuvo en el partido. Álex López por dos veces, Abdón y Lago fueron los goleadores de un encuentro que permite al Mallorca encabezar la clasificación en solitario tras el empate del Atlético Baleares en el campo del Elche (3-3). Aunque le está costando, no en cuanto a los resultados, pero sí en el juego, el Mallorca va cogiéndole el tono a la categoría a la espera de enfrentarse a rivales de mayor nivel de los que ha tenido hasta ahora, todos en la zona baja de la tabla.

No ocurrió nada diferente a partidos precedentes en la primera parte, insulsa como pocas, con nulas noticias desde el terreno de juego. El Mallorca se dejaba dominar, o en realidad no podía con su rival, una Llagostera que llegaba a Palma invicta como visitante, sin encajar un solo gol y sumando lejos de su estadio los escasos cuatro puntos que figuran en su casillero.

Nada pasaba en las áreas. Mucho centro del campo, mucho pelotazo al cielo y excesiva testosterona. Hasta que, a la media hora, a Álex López le llegó un balón perfecto de Bonilla y, sin dejar que tocara al césped, lo empalmó al fondo de la portería de Marcos. Fue lo único reseñable de un primer tiempo para olvidar. Y lo que es peor, parece que estamos condenados a sufrir semejante tortura a lo largo de la temporada. Es Segunda B y esto parece no dar para más. El lateral Bonilla firmó su tercera asistencia en seis partidos, una gran noticia para un Mallorca falto de jugadores que toquen el balón con una mínima delicadeza.

Por momentos, el espectáculo lo ponía Vicente Moreno desde la banda. Como un jugador más, corría su parcela acompañando las internadas de Rufo, novedad ayer en detrimento de un Pol Roigé al que parece que se le han acabado las oportunidades, al menos en cuanto a la titularidad se refiere. El entusiasmo del entrenador no contagiaba a sus jugadores, que juegan con fuego en cada partido.

El panorama cambió en la segunda parte. Porque hubo dos goles más y porque pasaron cosas en las áreas. Y muchas en las del Mallorca. A los seis minutos Reina evitó el empate de la Llagostera al poner un pie izquierdo providencial a remate de Gabarre cuando el balón ya se veía dentro. Fue la gran ocasión del equipo de Óscar Álvarez. Tuvo alguna más, pero ninguna tan clara. En esta acción del guardameta rojillo se encuentra una de las claves de la victoria local, a quien se le atragantaba el descaro de su rival, afortunadamente sin acierto en el remate.

Como si el Mallorca le hubiera visto las orejas al lobo, solo nueve minutos después marcó el segundo. Lo firmó Abdón, hasta entonces desapercibido, que empalmó con su potente zurda un centro de Álex López. En el 73 fue Lago el que marcaría el tercero en un contragolpe muy bien ejectutado. Y la guinda al pastel, con los catalanes entregados, Álex López, que marcaría el segundo de su cuenta particular al rematar de cabeza un centro de Ferran Giner.

Ha costado, pero al fin el Mallorca ha logrado una victoria por goleada, que ha de proporcionar una dosis importante de confianza y cerrar de una vez por todas el debate de la falta de gol. Si hay que poner algún pero a la victoria, lamentar que el rival llegó demasiadas veces al área de Reina, que no siempre será el salvador para su equipo. Falta un mundo y puede pasar de todo, pero el liderato es un síntoma de lo que puede deparar la temporada, que ha de ser la del regreso a Segunda.