Un gol de Lago Junior, de penalti en el minuto 39, dio la cuarta victoria de la temporada al Mallorca ante un Ontinyent que plantó cara durante todo el partido, pese a su evidente inferioridad. El equipo de Vicente Moreno prima la practicidad sobre el buen juego. Y en la mañana de ayer fue más que evidente en el campo de El Clariano, feudo del conjunto valenciano. El equipo rojillo volvió a comprobar de primera mano lo que le espera esta temporada. Equipos entusiastas, que se enfrentan al Mallorca como si el Madrid o el Barça se tratara. Que lo dan todo sobre el terreno de juego como si fuera el partido de sus vidas.

Y al Mallorca le cuesta horrores desembarazarse de la presión de los rivales. En la primera parte, la del Ontinyent fue asfixiante. Los rojillos tenían evidentes problemas para avanzar metros con el balón. Y así se hacía muy difícil llegar al área de Campos, guardameta local. La primera ocasión clara fue del Mallorca. Llegó a los diez minutos cuando Álex López, la novedad en la alineación en detrimento de Cedric, remataba al poste izquierdo del portero local. Por su belleza y por la violencia del remate, el disparo mereció acabar en gol.

Tardaría veinte minutos el Mallorca en volver a crear peligro. Fue al filo de la media hora cuando, primero Pol desde fuera del área, cuyo remate fue rechazado por Campos, e inmediatamente después Abdón, de cabeza, tuvieron la oportunidad de adelantar a su equipo, que le hubiera dado una tranquilidad que necesitaba.

El Ontinyent también tuvo las suyas. Primero, a los veinte minutos en una falta que se fue fuera por poco, y cuatro minutos después la más clara, de Keita, una pesadilla para la defensa del Mallorca. Su remate franco, con Reina prácticamente batido, fue frenado por un providencial Raíllo, ayer de nuevo imperial. El central cordobés, que fue el triste protagonista en el primer entrenamiento de la temporada al ser increpado por un grupo de aficionados en son Bibiloni, como uno de los escasos supervivientes del equipo que descendió a Segunda B, se ha ganado el respeto de todos. Va sobrado en esta categoría, al menos este inicio de temporada y a la espera de lo que será capaz de hacer ante rivales de mayor entidad.

El gol

Y llegó la acción que decidió el partido. En el minuto 38 Verdú pasa por encima de Abdón en el área. El árbitro no lo dudó ni un instante y señaló la pena máxima. Lago, desapercibido toda la mañana, se encargó del lanzamiento desde los once metros y batió raso y esquinado a Campos. Se le debe exigir mucho más al delantero africano, que exhibe su cualidad a cuenta gotas. Está capacitado para marcar la diferencia en este equipo, pero de momento no es así. Ayer se le echó en falta durante muchas fases del partido, en las que apenas entraba en contacto con el balón. Un lujo que este Mallorca no se puede permitir. Con esta mínima ventaja se fue el Mallorca al descanso.

En la segunda parte pasó muy poco, lo que no era una mala noticia para los intereses rojillos, que se limitaron a conservar su ventaja, aunque jugó con fuego durante muchos minutos. Le salvó su solvencia defensiva y que el Ontinyent, como la mayoría de los equipos de esta categoría, es muy limitado. A los hombres de Moreno les duraba muy poco el balón y la presión de los locales era cada vez más acentuada. Los cambios del técnico mallorquinista, Cedric, Bryan Reyna y Salva Sevilla, no cambiaron el panorama y se llegó al final con esta mínima ventaja que mantiene al Mallorca en lo más alto junto al Elche, que no falló ante la Peña Deportiva.

El susto de la mañana lo dio Cedric, que posiblemente sufrió una arritmia que obligó a las asistencias a atenderle sobre el césped una vez finalizado el partido. Fue la única mala noticia de un Mallorca que ha empezado como una moto.