Miguel Núñez se siente un afortunado. El central proveniente de la Ponferradina cree que "cualquier jugador de la categoría se cambiaría" por ellos. "Todos los jugadores hemos venido con una ilusión y unas ganas de trabajar muy grandes, al final es el Mallorca, todo el mundo sabe lo que representa jugar aquí", relató. El zaguero de Siruela tiene claro que jugar en este equipo "debe suponer, más que una presión, una motivación. Ser del Mallorca no debe pesar, debe dar fuerzas".

El futbolista de 30 años es una de las bases sobre las que se asienta el proyecto de este nuevo equipo. El pasado 27 de junio el Mallorca anunció su fichaje junto al de Fran Grima y Jonathan Ñíguez. Eran las tres primeras piezas del puzzle que se ha ido gestionando a lo largo de la pretemporada. "Somos un equipo nuevo y el técnico trata de que asimilemos muchos conceptos tanto en defensa como en ataque. Es un equipo con capacidad de trabajo, si hacemos lo que sabemos, llegarán los buenos resultados", explicó ayer el zaguero en rueda de prensa. Polivalente, Núñez se desenvuelve por la izquierda, pero también puede jugar de central y medio centro defensivo: "Mi rol es ayudar al equipo. No me importa jugar en una posición u otra, lo que quiero es participar lo máximo posible y ayudar". Núñez tiene claro que la base del éxito es el "trabajo diario" y cree que el equipo no debe basar su identidad en un aspecto concreto: "Nuestra identidad debe ser ganar partidos. No sirve de nada tener un planteamiento fijado si luego no sacas un resultado. La calidad de los jugadores marcará las diferencias".