Sacar conclusiones en pretemporada es un riesgo evitable, pero el Mallorca de Vicente Moreno tiene buena pinta. Venció ayer al Toledo, un equipo que está llamado a ser uno de los dominadores del Grupo I de la Segunda B, en el Salto del Caballo, en un partido en el que demostró saber sufrir y en el que Lago Junior volvió a marcar las diferencias.

Los mejor que le puede pasar a los bermellones es que el delantero africano, aunque el técnico le ubica en el extremo izquierdo, asuma con naturalidad y responsabilidad el liderazgo en este equipo. Ayer marcó el tanto del triunfo en el minuto veintiséis, al rematar con fuerza un centro lateral servido por Bonilla. Ese gol bastó para que las estadísticas mantengan invicto al Mallorca, pero las sensaciones, tan peligrosas y poco fiables antes de que empiece la competición de verdad, son buenas. Y eso que ayer no fue un encuentro en el que los baleares tuvieran mucho el balón, más bien lo contrario, pero demostraron estar preparado para este nivel de exigencia. Eso sí, Cedric, que no para de tocar a la puerta de la titularidad para el estreno liguero en Peralada, ya dispuso de una ocasión en el minuto doce, después de un saque de esquina.

Los locales elevaron su intensidad y se hicieron dueños del balón, pero la realidad es que el único gol fue el de Lago Junior. Los de Onésimo Sánchez, que la pasada campaña fueron apeados en el play-off de ascenso por el Atlético Baleares, se estrellaban ante el muro que formaba la zaga comandada por Xisco Campos y Raíllo. Nada más empezar la segunda mitad, otra vez Cedric, estuvo cerca del gol, pero se quedó con las ganas. Lago recuperó el balón y le envió un sensacional pase al canterano, que se plantó ante el portero para enviar la pelota fuera. A partir de ese momento el Toledo fue mejor, pero el Mallorca tiraba de oficio, con algún chispazo de Pol Roigé en ataque, para no dejarse sorprender. Eso sí, el meta Manolo Reina se lució en alguna ocasión que desesperó a los manchegos. El Mallorca ha cerrado sus cinco encuentros con victoria, con apenas dos tantos encajados -ante el Rayo Majadahonda-, en una pretemporada que invita al optimismo de los bermellones.