El Mallorca renovó ayer un total de 1.234 carnets, pero podrían haber sido incluso más si no se hubiera visto desbordado desde primera hora por la avalancha de socios que acudieron a las oficinas del estadio de Son Moix. Fue una jornada de locura por conseguir una buena ubicación en la grada que provocó el caos por la "desorganización del club", como muchos hinchas apuntaban, que provocó que muchos de ellos se marcharan indignados ante la imposibilidad de conseguir ayer mismo su abono.

El club ha decidido cerrar este curso la Tribuna de Sol y el Fondo Sur con la intención de concentrar a los aficionados y ahorrarse abrir otras zonas del campo, de manera que los socios de estas localidades se han visto obligados a buscar acomodo en la Tribuna Cubierta o en la grada Lluís Sitjar.

El problema es que estos mallorquinistas solo pueden optar a los asientos que los socios de Tribuna han dejado libres, una circunstancia que no ha sentado nada bien a muchos de ellos. La reubicación ha enfadado a algunos socios de Tribuna de Sol, que explican que van a tener que ver el fútbol desde muy arriba o en una esquina de la tribuna principal, cuando hasta ahora disfrutaban de un asiento centrado o a su gusto. Esta situación provocó largas colas desde primera hora de la mañana. Más de un centenar de seguidores ya esperaban a las 6.30 en las oficinas del club -que abren a las 9:30 horas- para conseguir el mejor asiento posible en la grada cubierta. El miembro de seguridad del estadio, que tuvo que hacer de interlocutor, repartió 300 tickets entre los más madrugadores, que pudieron ser atentidos ayer. Los que llegaron más tarde tuvieron que esperar. El club repartió 200 boletos más entre los aficionados, que no podrán renovar hasta hoy por la mañana y que ayer se marcharon a casa sin su nuevo carnet.

La jornada transcurría tranquila hasta que poco después de las 9:30 horas el club comunicó a los allí presentes que ya no se iban a repartir más números. "Esto es una vergüenza", gritaba indignado un abonado, que tendrá que volver esta tarde para conseguir un ticket que le permitirá renovar su carnet mañana o el viernes, según anunció el club."Encima de que nos dejan sin nuestro sitio tenemos que soportar esta cola enorme. Para renovar tenemos que perder aquí dos días de trabajo o de vacaciones. Es indignante y tercermundista", explica irritado Alberto Benito, que hace 22 años que es socio del Mallorca. "Estas colas son normales y aunque es verdad que se podría hacer todo mucho más cómodo por Internet, a mí me gusta ver que hay tanta gente que quiere renovar su carnet. Dentro de unos días no nos acordaremos de esto", razona Alberto Cruz. Lo que es seguro es que el Mallorca cerró la jornada con 3.434 abonados.