Recuerdo mi llegada al Mallorca en el año 2009. En ese momento, después de cuatro años fuera, se me presentaba la oportunidad de luchar para conseguir el sueño que tenía de pequeño, que no era otro que triunfar en el Mallorca y poder permanecer en el club toda mi carrera.

Desde el primer día en que pisé la Ciudad Deportiva Antonio Asensio comprendí lo grande que era este club. Lo que más me sorprendió fue que todos los profesionales que estaban a nuestro servicio, además de enseñarnos a jugar al fútbol, nos enseñaron a ser buenas personas; educadas y honradas. Nos ayudaron a desarrollar muchos valores, destacando la humildad, el respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo. Desde mi primer entrenamiento y hasta día de hoy, he comprendido que para llevar este escudo con orgullo, además de disponer de habilidades futbolísticas, también implica defender un conjunto de valores humanos.

Hoy es uno de los días más duros de mi carrera deportiva porque me toca despedirme del equipo de mi corazón. Me marcho con la satisfacción de saber que siempre he intentado dar lo mejor de mi, pero con la decepción de dejar al Mallorca en un lugar que no se merece.

Desde mi llegada, el club ha sufrido grandes cambios, tanto a nivel institucional como a nivel deportivo. Por desgracia nos ha tocado vivir unos años difíciles, llenos de desilusiones y fracasos, terminando de la peor forma posible. Os quiero pedir perdón a todos los mallorquinistas por no haber conseguido los objetivos.

Estoy convencido de que algún día no muy lejano volveremos a ver al Mallorca en Primera División, no nos olvidemos que estamos hablando de un club centenario que ya ha vivido muchos altibajos y los ha superado con creces. Estoy seguro que este bache se va a aprovechar para salir reforzados y con las bases bien sólidas.

A los canteranos del Mallorca me gustaría decirles que para triunfar en su tierra tendrán que esforzarse mucho, pero os aseguro que vale la pena. Saber que defiendes y representas el club de tu corazón no tiene precio. En los momentos difíciles recordad dónde estáis, lo privilegiados que sois y lo que significa estar en el Mallorca. Aprovechad esta oportunidad para acumular experiencias enriquecedoras y mejorar como futbolistas pero sobre todo crecer como personas. Recordad que por dar patadas a un balón no somos más especiales que el resto de personas, debemos ser un ejemplo para los niños más jóvenes y para la sociedad.

Por último quiero agradecer a todos los compañeros, entrenadores, fisios, médicos, utilleros y cada uno de los trabajadores del club que he tenido el honor de conocer a lo largo de estos años, el trato extraordinario que he recibido. Ha sido un lujo disfrutar de vuestra compañía y vuestros conocimientos.

Quiero hacer una mención especial para mi familia y afición, siempre me habéis apoyado, he sentido vuestro cariño en los buenos momentos y en los no tan buenos, y eso siempre lo llevaré en mi corazón.

No sé qué nos deparará el futuro. este año me tocará animar el equipo en la distancia pero algún día espero que volvamos a coincidir.

Muchas gracias y visca el Mallorca!