El Mallorca está defendiendo sus intereses con acierto en el asunto de Lago, Damià, Pol Roigé y Raíllo. Solo faltaría que tuviera que regalar a futbolistas que son de su propiedad y que cobran todos los meses. Y si el técnico Vicente Moreno les considera fundamentales para el proyecto, es evidente que solo se pueden marchar de aquí traspasados. El club no pagó 240.000 al Mirandés o 140.000 al Sabadell para abrirles la puerta un año y medio después sin recibir nada a cambio. No todo lo que hacen Molango y Recio está mal, alguna vez hay que decirlo, aunque es evidente que la gestión del asunto Raíllo es mala. O nefasta. O el jugador traga saliva y asume sus errores fuera del campo ante la afición o lo va a pasar muy mal, siendo el Mallorca el gran perjudicado, como siempre.
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Análisis