"Este equipo no está muerto todavía". Eso es lo que piensa Brandon Thomas que ayer, en rueda de prensa, apostó por que el Mallorca seguirá una temporada más en Segunda División. "Si hay que morir tenemos que hacerlo con la cabeza alta, luchando como hemos hecho en partidos anteriores. La gente nos daba por descendidos hace uno o dos meses y se ha visto que hemos intentado remontar el vuelo. Este equipo no está muerto aún", expresó el bermellón en la sala de prensa de Son Bibiloni. Pese a que los números están complicados, Brandon se niega a mirar más allá de los dos encuentros que debe disputar el conjunto balear en este final de curso. "Ya llevamos varias semanas diciendo que nosotros no hacemos cuentas, que tenemos que encargarnos de ganar los partidos que quedan y ya veremos. El partido ante el Numancia era muy importante y no se consiguió ganar. La gente está enfadada por eso, pero debemos centramos en el campo del Mirandés, tenemos que ganar y ya veremos lo que pasa", relató el delantero. Aunque el próximo partido será ante un equipo ya descendido, el de Cala d'Or cree que los burgaleses no les pondrán las cosas nada fáciles pues "no van a querer perder en su casa el último partido que tienen allí, ellos querrán dar una buena imagen y despedir la Segunda División con una victoria. Seguro que será un partido complicado".

Brandon se mostró autocrítico en cuanto al grado de culpabilidad que le otorga a la plantillapor la situación que vive actualmente: "Echar ahora la vista atrás y arrepentirnos sería de cafres. Somos los primeros que sabemos que la temporada que hemos hecho ha sido nefasta, los culpables somos los jugadores porque no hemos hecho lo que teníamos que hacer. Este club es histórico y tendríamos que estar mirando hacia arriba, para subir a Primera, pero no es el momento de mirar atrás, estamos donde estamos, solo nos queda intentar sacarlo por el bien de la afición, por el bien de este club y por el nuestro propio".

Ante la gran respuesta de la afición para acompañar a los rojillos en su último desplazamiento del curso, el futbolista de 22 años mostró su agradecimiento. "Ya no quedan adjetivos para definir a esta afición. Ya se vio el año pasado en Valladolid. Aunque hayamos hecho una temporada así y que no nos merezcamos su apoyo, están llenando aviones para venir y la única verdad es que se merecen todo", zanjó.