Los milagros caducan
Cuando faltaban solo quince minutos para el final, todo el mallorquinismo apelaba al milagro, algo así como el día del Elche, pero los milagros tienen fecha de caducidad y al Mallorca parece que esta posibilidad ya se le ha esfumado como se le escapa tantas veces la capacidad goleadora. El del Numancia era un partido para ganar, y solo se empató y eso, a estas alturas, ya no basta. La decepción es mayúscula.
Depender de otros
En caso de victoria, el Mallorca aspiraba casi a depender de sí mismo porque, aunque el Alcorcón perdió, el Nàstic ganó contra pronóstico. Ahora las cosas han cambiado y el Mallorca depende de otros porque en sí mismo no es fiable. Al Nàstic le queda visitar Tenerife y recibir al UCAM Murcia, y al Alcorcón visitar al UCAM y recibir al Lugo. ¿Y al Mallorca? Mirandés fuera y Getafe en casa. La suerte, o no, está echada.
El discurso de Sergi
Comprendo la protección que Sergi hace de sus jugadores porque considera que necesitan sentirse útiles y valorados. También entiendo que rebajara la euforia, pero lo que no entiendo es que ayer iniciara su rueda de prensa centrándose más en lo que no quiso hacer el rival que en lo poco que hizo su equipo. El Numancia hizo lo que hubiera hecho el Mallorca en su misma situación. Ni más ni menos.
