Parece mentira que, con el partido que se marcó ayer, Álex Vallejo haya pasado de puntillas durante la temporada, ignorado por Fernando Vázquez y sacado del ostracismo por Olaizola. El centrocampista vasco, azotado por dos graves lesiones a lo largo de su carrera, fue el jugador que puso la pausa en el centro del campo, el que dio los mejores centros, el que buscaba siempre al jugador desmarcado o mejor colocado. También se sacrificó en labores defensivas en los escasos ataques del Numancia, que vino a Palma en busca de un punto, y fue lo que consiguió. Vallejo era el mejor complemento de Sasa, que también estuvo muy activo y más centrado en labores defensivas. Lástima que la clarividencia de Vallejo no tuviera premio en los rematadores mallorquinistas.