Moutinho apareció justo cuando más se le necesitaba. Sus dos goles, lleva cuatro en la Liga, son dos obras de arte, aunque no impidieron que el Mallorca acabara pidiendo la hora. El suizo-portugués ya demostró en la primera parte que tenía ganas de aprovechar la oportunidad que le daba Sergi, que desde su llegada también le había dejado en la grada. Remató desviado sin dejar caer un sensacional pase de Yuste en un fabuloso gesto técnico. Pero lo que valen son los goles. Y en el minuto 53 se sacó de la chistera un disparo desde fuera del área que tocó en el larguero y entró. Un gran tanto que compite en belleza con el segundo, que llegó gracias a una gran acción de juego combinativo. Angeliño se la pasó al espacio a Brandon, que le cedió un buen pase a Moutinho, que llegó desde atrás para fusilar a placer.