Máximo respeto. Hacia el hombre y hacia el profesional. Ser Culio estos días no debe ser nada fácil. Vivir lo que está pasando el argentino es complicado. Cada persona es un mundo y lo que para algunos resultará extraño a otros les parecerá normal. Es una cuestión tan personal que nadie debería definirse. Solo queda darle ánimos y agradecerle al jugador su implicación y que quiera aportar su granito de arena en la lucha por la permanencia de un Mallorca que está casi con un pie en la Segunda División B. Buena parte del futuro del equipo se dilucidará este domingo en La Romareda. Sobre todo si no se gana. Es un partido más que decisivo.
