Javier Olaizola emitió en la víspera del encuentro de esta noche ante el Levante el mismo discurso que en partidos precedentes, el de ilusión máxima, confiado en la victoria y convencido de que sus jugadores lo darán todo. "Hemos trabajado muy bien, las sensaciones son muy buenas, viene el líder, que es una motivación especial, y si encima añadimos que nos estamos jugando la vida, los chicos han preparado el partido de maravilla", comenzó su intervención.

"Independientemente del rival que venga, volvemos a afrontar un partido importantísimo, con connotaciones de final. En casa tenemos que sacar los partidos adelante respetando al rival", reflexionó el técnico mallorquinista, que negó categóricamente que diera por bueno un empate ante el líder. "No hemos salido ningún partido a empatar, ha habido empates que nos han sabido a derrotas y otros a victorias, pero siempre salimos a ganar".

Respecto a su situación personal, frustrado por su raquítica cuenta de puntos -11 de 39 posibles- y por los sucesos ocurridos esta semana con varios peñistas, Olaizola aseguró que se encuentra bien. "Estoy de maravilla, motivadísimo, convencidísimo, con la fuerza intacta porque los argumentos que me dan los futbolistas a diario y durante la competición es para estarlo. Es normal que haya nervios porque la situación no es agradable", reconoció

Posteriormente profundizó sobre lo ocurrido el pasado miércoles en el Iberostar Estadio, y recurrió a su mallorquinismo para actuar como lo hizo. "Llevo desde el año 95 en el Mallorca, clases de mallorquinismo no me va a dar nadie. Conocer a la afición como la conozco yo, tampoco. Es normal que los aficionados estén molestos, preocupados, decepcionados. Esto no viene de esta temporada ni desde que he llegado al equipo. Pero esto cansa. La afición demostrará lo grande que es una vez más. Siempre la he defendido y la defenderé. Unidos conseguiremos cosas, si nos destruimos es facilitar el trabajo a los rivales e ir por la alternativa derrotista. Hay que seguir creyendo, faltan doce jornadas", comentó. "Mi obligación es defender a los futbolistas, que se dejan la vida por el club día a día, y lo demuestran", continuó. "Pensaba que estaban increpando a los chicos y bajé para poner paz. Y así ocurrió. Yo defiendo a todo el que defiende al Mallorca y se deja la vida por el club. Me muero y doy la cara por los que defienden al club". "Mi obligación es que trabajen más y mejor. Es un problema de acierto, no de compromiso ni actitud".

Fue en ese momento cuando desveló la difícil situación personal por la que atraviesa uno de sus jugadores: "Cuando veo el vestuario después de perder de la forma en que lo hicimos en Huesca y lo veo tan jodido. Y cuando veo a Culio, que tiene a su madre en Argentina con una enfermedad importante y dice que no se va hasta que no se salga de esta, es lo que me anima. En la vida hay dos alternativas, hacer de tonto o de listo, y hemos escogido la segunda".