El espigado Jaume Valens se convirtió ayer en el gran protagonista de su equipo. Y por hacer lo que sabe hacer, que es parar. Lo que ya no es tan normal es lo que hizo: detener dos penas máximas en un intervalo de veinte minutos entre una y otra. Esas dos acciones posibilitaron que su equipo, el Mallorca B, consiguiese un valioso punto frente a un Badalona que no engañó a nadie, que es la perfecta representación sobre un campo de lo que tiene que hacer un equipo de Segunda B, y que si ayer no se llevó los tres puntos es porque Valens no lo quiso.

Es más que probable que sin las acciones de Valens el partido se hubiese torcido de forma radical del bando escapulado. El once de Manolo González, pese a las bajas con las que vino a Mallorca, salió en el primer acto bien decidido a por la victoria. Al Mallorca B, pese al buen trabajo de la línea de zagueros, le faltó conectar con sus hombres más ofensivos.

En la primera parte los visitantes tuvieron las ocasiones más claras de gol y poco tardarían en crear peligro en el área del Mallorca B. Musa, Sergio y Toni Lao controlaban la zona medular, y pronto empezaron a pisar área contraria. Y al minuto 7 llegó una acción en el área rojilla: balón colgado que acabó en los pies de Víctor García en posición franca para marcar. Pol lo derribó y la pena máxima era indiscutible. El propio Víctor se encargó de lanzarlo. Y allí estaba Valens, tirándose a su derecha y blocando el esférico con seguridad. Lejos de amilanarse por el craso error, el Badalona siguió aprentando y vio como al filo del minuto 27 de partido, una acción de One acaba nuevamente con pena máxima, de nuevo sobre Víctor. Gerard Oliva asume la responsabilidad de lanzarlo y vuelve a aparecer Valens, que le adivina la intención con otra parada en dos tiempos marca de la casa. Una acción que cortocircuitó el juego badalonés, aunque al filial rojillo parecía que le bastaba con mantener el cero a cero inicial. Solo una acción aislada del central Raúl (minuto 34) con la testa fue todo el 'mini bagaje' de un Mallorca B que seguía vivo gracias a su portero.

Tras el paso por vestuarios, las tornas se cambiaron. El filial pasó a representar el papel de dominador frente a un Badalona que demostró el porqué de su eficacia defensiva. Fue dominado, pero las acciones del cuadro isleño sobre el marco del veteranísimo portero Morales fueron más bien escasas: los jugadores Pol, Cedric y el entrante James tuvieron sus opciones para inquietar el marco de Morales, pero los minutos pasaban, y al final todos quedaron contentos con unas tablas que acercan a cada contrincante al objetivo que ellos buscan, los rojillos de cara a la permanencia y los catalanes de cara a la lucha por el ascenso.