Metidos de lleno en la jornada 30 de Segunda División y con el Mallorca en descenso, intentar hacer cualquier análisis sobre la situación o el partido en Huesca suena hasta a burla. Hacia los aficionados en general y a los seguidores rojillos en particular. Aunque estos igual ya se han dado cuenta de hacia dónde camina el club bermellón tras ver cómo Maheta Molango encogía pecho esta semana. Es más, dijo textualmente "estamos en la miseria deportiva".
Es cierto. Y no hay que darle más vuelta. La afición ya lo ha acabado de entender. Ahora sólo falta que sus empleados, los futbolistas, hayan entendido el mensaje. Y también que peor no parece que puedan ir las cosas. En estas situaciones en las que no acabas de salir de la cola y la salvación parece un milagro, decía un viejo entrenador del fútbol regional que lo único que puedes hacer con los jugadores es reunirlos y desentenderse: "A ver, esto ya no tiene remedio. Nos vamos al pozo. El equipo se va a la mi... así que ya solo nos queda salvar nuestro cu... Correr lo que podáis e intentar cosas, a ver si así alguno encuentra equipo el año que viene, porque aquí y habiendo bajado... vosotros mismos". Alguno así consiguió salvarse. Y jugando al pelotazo. Pero, claro, no eran profesionales.
