Todavía quedan trece partidos, margen más que de sobra para salir de los puestos de abajo, pero esta jornada es clave para evitar que se abra una brecha entre el Mallorca y los puestos de salvación. Un empate o una derrota mañana en Huesca podría dejar la permanencia a cuatro, cinco o incluso seis puntos, o lo que es lo mismo, a más de un partido de distancia.

Esta desventaja elevaría la depresión y, sobre todo, complicaría mucho las cosas en este decisivo tramo final de campeonato. Con treinta puntos, los de Olaizola están a tres de salir del fuego, por lo que debe tratar de impedir que el agujero se puede hacer más grande.

De ahí que sea tan importante que los bermellones logren el triunfo ante un adversario que ocupa la séptima plaza y que sueña con meterse en la promoción de ascenso a Primera División. Sumar los tres puntos no supondría escapar del descenso de forma automática, aunque sí podría suceder dependiendo de la carambola, pero al menos llegaría la alegría a domicilio que los de Olaizola han buscado sin éxito en Getafe (1-1), Reus(1-1), Oviedo (2-1) o frente al UCAM en Murcia (1-1). Es el más difícil todavía porque los rojillos solo han conseguido un triunfo como visitante en lo que va de año. Fue en Córdoba (0-2), con Fernando Vázquez en el banquillo, el 11 de noviembre, por lo que ya ha llovido.

El Mallorca ha competido mucho más desde la llegada del vasco, sobre todo lejos del Iberostar Estadio, pero la buena imagen en muchos de esos encuentros no se ha traducido en victorias. El Alcoraz no es el estadio que más asuste de la categoría, ni mucho menos, pero eso ahora ya da igual para los de Olaizola porque deben ser capaces de ganar en cualquier escenario. El Huesca ha perdido cinco partidos ante su afición, un detalle al que pueden aferrarse los baleares para alimentar sus esperanzas de éxito. No queda otra.

Otros escenarios

Más allá del encuentro que deben afrontar los isleños, la mayoría de sus adversarios directos juegan en sus estadios, por lo que sobre el papel siempre es una ligera ventaja. O no. El Córdoba, que es el que marca la salvación, recibe al Numancia, que está en tierra de nadie en el centro de la clasificación y no tiene urgencias. El Alcorcón, por su parte, recibe al Valladolid, aunque en este caso los pucelanos sí tienen necesidad de obtener el triunfo para seguir luchando por la promoción.

El UCAM Murcia recibe en La Condomina al Getafe, que tampoco puede aflojar si no quiere salir de la sexta posición. La victoria de los azulones sería una magnífica noticia para el Mallorca, que también vería con buenos ojos que el Elche venciera en el Nou Estadi de Tarragona ante el Nàstic. Eso sí, quizá mirando a largo plazo un empate entre ambos no sería un mal resultado porque los ilicitanos solo tienen treinta y seis puntos, seis más que los de Son Moix, por lo que podrían verse involucrados en la dramática pelea.

De los equipos que están detrás del Mallorca, solo el Rayo Vallecano tendrá el apoyo de sus fieles. Los madrileños, que tienen un punto menos, reciben al Oviedo, que tampoco puede dejar escapar la oportunidad de elevar sus opciones de promoción, ya que actualmente ocupa la quinta posición en la tabla.

El encuentro más complicado, al menos en teoría, es el que debe afrontar el Almería, que estrena a Luis Miguel Ramis como entrenador, en su encuentro ante el líder Levante. No obstante, el hecho de que los 'granotas' tengan un pie y medio en la elite puede deparar alguna sorpresa ya que sacan dieciocho puntos al tercer clasificado. El colista Mirandés viaja hasta Galicia para medirse a un Lugo que está obligado a ganar si quiere seguir aspirando a la promoción de ascenso.

Todavía quedan muchas carambolas que darse, pero el resultado que debe ser indiscutible es la victoria en Huesca. En el caso contrario empezaría a haber demasiada tierra de por medio. Y eso da pánico de verdad.