De todos los malos registros que atosigan al Real Mallorca hay uno que sobresale por encima del resto: el que le sitúa como el equipo de Segunda División que menos victorias ha cosechado. Seis, una cifra únicamente igualada por el colista Mirandés.

La llegada de Javier Olaizola al banquillo en diciembre no ha servido para aumentar la cosecha de triunfos. El técnico heredó un equipo que bordeaba el descenso después de contabilizar cuatro partidos ganados, una estadística compartida entonces por otros cuatro equipos de la categoría de Plata. El Nàstic, con tres triunfos, era por entonces el conjunto que menos veces había cantado victoria.

Doce jornadas después, el Mallorca ha protagonizado un retroceso indiscutible. A las órdenes de Olaizola, los bermellones han conquistado dos triunfos -ante el Mirandés y el Rayo Vallecano en Son Moix-. Un botín de mínimos para un equipo que ya en diciembre tenía la exigencia de remontar posiciones en la tabla.

El Nàstic, que finalizó 2016 casi defenestrado, ha sumado este 2017 tres victorias que le han encaramado a la decimoquinta posición. Los catalanes no están libres de apuros, pero al menos han salido de la zona de descenso.

También UCAM Murcia ha experimentado una reacción similar que de momento le mantiene fuera de las últimas cuatro plazas de la clasificación. Córdoba y Alcorcón, equipos que también se han metido de lleno en la pelea por la permanencia, contabilizan ocho triunfos, dos más que el Mallorca.

Los números de los bermellones palidecen todavía más en los desplazamientos, donde solo han salido vencedores en una ocasión. Fue en El Arcángel de Córdoba en un encuentro en el que sacaron petróleo después de ser sometidos a un intenso dominio por parte del conjunto local.

El sábado toca una nueva visita, esta vez al Alcoraz donde espera un sorprendente Huesca que tratará de afianzar sus opciones de meterse en posiciones de 'play-off'. Será la enésima oportunidad para que el Mallorca empiece una reacción que nunca llega.