Diario de Mallorca

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Minuto 91

Un varapalo con mucho mensaje

Raíllo tras marcarse en propia meta. guillem bosch

No fue la del sábado una derrota más. Fue una humillación en toda regla que deja muy tocado anímicamente al equipo. Y al entrenador. La cara de Olaizola en la sala de prensa de Son Moix era todo un poema. Era el rostro de la impotencia, de pensar dónde me he metido. Se le acaba el discurso al técnico vasco. Recurrir al escudo, a la entrega y todas estas monsergas sirve mientras los resultados acompañan. Pero el equipo, aunque ha mejorado con respecto a Vázquez, no gana partidos. Y de eso se trata en el fútbol y en el deporte.

El ridículo ante el Tenerife de Martí fue la demostración de que el equipo es frágil. En todos los aspectos. No aguanta el más mínimo contratiempo, ni aunque el viento le vaya a favor. Se puso con ventaja a los cinco minutos y le faltó ambición para ir a por el segundo ante un Tenerife que todavía se buscaba. Faltó tino desde el banquillo. Tras la remontada canaria en siete minutos, Olaizola no supo darle un giro a la situación, quizá porque ya lo veía todo perdido. Sus hombres se derrumbaron al primer soplido. Raíllo el primero, Moutinho después, Yuste en el tercer gol y en el penalti del cuarto, el centro del campo barrido por el del rival y la delantera, inexistente.

La única buena noticia de este aciago fin de semana es que, por fin, han acabado los fastos del centenario. Algo había que hacer ante tamaña gesta de cumplir cien años, pero seguramente ha habido un exceso de festejos con el equipo como está, en la miseria desde hace un lustro.

Por lo que se ve había mucha prisa para salir en la foto, pero se adelantaron. El alcalde de Palma asistió al campo de la Antoniana, el único de Palma donde todavía se juega sobre tierra, para dar el pistoletazo de salida a la implantación de césped. Pero resulta que la obra se debe retrasar porque no se tiene la licencia de obra. Un papelón en toda regla. En este asunto alguien ha metido la pata hasta el fondo.

Ranieri. La destitución del técnico italiano en el Leicester es la más clara demostración de que el fútbol se ha vuelto loco. El entrenador que hace solo medio año hizo campeón al modesto equipo inglés -como si en España hubiera ganado la Liga el Osasuna- ha sido despedido con cajas destempladas, con el equipo a un punto del descenso. El fútbol no tiene memoria. No vale lo que hayas hecho ayer. Solo cuenta el presente. Muy crudo para el Leicester.

Damià Seguí ya tiene un trofeo en las vitrinas con el Can Ventura. En una final épica, el equipo de Marcos Dreyer se impuso al Teruel por un ajustado 3-2 y tras unas cuantas pelotas de partido. Seguí ha confeccionado un equipo a golpe de talonario, con varios internacionales, que le están dando resultado. El equipo mallorquín va a por todas esta temporada y quiere convertirse en el primer conjunto de la historia que consigue el título de Liga tras lograr el ascenso el ejercicio anterior. Va por buen camino. Tras varios años retirado del mundanal ruido, el octogenario Seguí se propuso que en Mallorca se volviera a hablar de voleibol, como en los tiempos del Son Amar. Lo está consiguiendo y de qué manera. Se ha ganado el derecho a la portada por méritos propios.

El Palma Futsal afronta la próxima semana la Copa de España, a la que acude con dudas en una temporada con más altibajos de los deseados. Pero ya han demostrado que son capaces de lo mejor.

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