Pep Lluís Martí lo está consiguiendo a la primera. El técnico palmesano, que en muy poco tiempo pasó de colgar las botas en el Mallorca a sentarse en el banquillo del Tenerife, ha disparado todas las expectativas en su debut como entrenador. El mallorquín ha dado con la tecla de un equipo que cogió la pasada temporada agobiado por un serio riesgo de descenso para convertirlo en un firme candidato a subir a la máxima categoría esta temporada.

Los canarios llegan el sábado a Son Moix cuartos, a ocho puntos de un ascenso directo que marca el Girona y con las expectativas por las nubes. En la isla ya se habla abiertamente de volver a la elite después de siete años vagando por Segunda y Segunda B. Les avala una racha de una sola derrota en quince partidos.

La clave del éxito del Tenerife de Martí es el equilibrio. El técnico ha formado un bloque que apenas encaja y al que le vale con ser efectivo para sacar adelante sus partidos. El conjunto canario es el segundo menos goleado de la categoría de Plata, solo superado en este capítulo por el líder Levante. Solo veinte goles encajados después de 26 jornadas son números que hablan de un equipo construido a partir de la solidez defensiva.

Dani Hernández, único solista

El Tenerife solo cuenta con un solista, Dani Hernández. El guardameta venezolano se ha destacado con grandes actuaciones y ha sido decisivo en el buen momento del grupo de Martí. Desde la línea defensiva hacia adelante, el equipo funciona como una máquina perfectamente engrasada.

El equipo canario dio algunos bandazos en un arranque irregular en el que llegó a desplomarse en la clasificación. Hasta que Martí dio con un once más o menos fijo y los tinerfeños remontaron hasta afianzarse en la zona de 'play-off'.

Martí jugó su último partido como profesional un 30 de mayo de 2015 habiendo entrado en la historia del Mallorca como el único jugador en haber vestido la elástica bermellona con 40 años de edad.

El palmesano puso aquella tarde contra el Girona fin a siete temporadas en la entidad balear, parte de una dilatada trayectoria en el fútbol profesional que vivió su mejor época de mayor gloria en el Sevilla.

Martí, que aquella misma temporada de su despedida había empezado a aprender con los técnicos de Son Bibiloni, colgó las botas dispuesto a prolongar su vinculación con el fútbol en los banquillos. Y no tardó en llegarle su primera propuesta, la de un Tenerife que realizó una apuesta arriesgada con un novato que les ha salido a pedir de boca.

El palmesano relevó a Agné a mitad del pasado curso. Bajo su batuta el Tenerife remontó el vuelo, cosechó una permanencia holgada y en verano contribuyó al diseño de una plantilla a la que está sacando el máximo provecho.

La visita de los canarios el sábado a Son Moix supondrá una nueva final para un Mallorca que pierde fuera todo lo que gana en casa y que no consigue despegarse de un descenso que arde.

Los bermellones, con verdaderos problemas para materializar sus ocasiones, afrontan el desafío de encontrar grietas en el muro tinerfeño. No lo tendrán nada fácil los hombres de Olaizola, aunque desde que el técnico vasco se sienta en el banquillo el Mallorca está teniendo un comportamiento notable en Son Moix.

Todo apunta a que Brandon y Lago, con sendos golpes, estarán a disposición del preparador bermellón, que también recupera a Álex Vallejo. Está por ver si Sasa mantendrá su posición de privilegio en el once o el centrocampista vasco le arrebatará la titularidad.