El Mallorca ha dejado escapar muchos puntos en acciones a balón parado. Demasiados. "De nuevo nos ha condicionado", asumía visiblememente abatido Javier Olaizola en la sala de prensa de Montilivi. El técnico fue generoso en su reflexión porque la realidad es que el equipo es una auténtica calamidad en este aspecto del juego y tira por la borda el buen trabajo que está haciendo en este 2017. Ya sea de córner, de lanzamiento de falta o desde el punto de penalti, cuando el árbitro de turno señala alguna de estas acciones, el mallorquinismo se pone a temblar. Y con razón.

No saber defender estas jugadas le está costando muchos disgustos en el peor momento. Como el sábado en Girona. Después de un partido notable ante el segundo clasificado, el Mallorca se quedó sin premio, a solo tres minutos del final, por un saque de esquina que cabeceó Juanpe al fondo de la red adelantándose a Yuste.

Poco antes el mismo jugador ya había rematado a placer en otro córner, obligando a Cabrero a realizar una de las paradas de la temporada. Cada saque de esquina en contra de los bermellones es como si fuera un penalti. Y pasan las jornadas y sigue sin solucionarse. Porque ni siquiera hay que tirar de memoria para encontrar un ejemplo como el de Montilivi. Hace apenas dos jornadas, en Oviedo, los rojillos volvieron a doblar la rodilla, cuando no lo merecían, por culpa de un saque de esquina mal defendido que David Costas, con un testarazo, aprovechó para dar el triunfo a los suyos.

Solo con estos dos ejemplos, dolorosos para el mallorquinismo, ya se han escapado dos puntos que quizá se pueden necesitar a final de temporada. Pero lo triste es que hay más, muchos más, ya desde el principio de curso, cuando Fernando Vázquez era el técnico. De hecho, a los baleares se le han escapado una decena de puntos por no saber cerrar su portería en estas jugadas. Frente al Cádiz, en la segunda jornada, los baleares también dieron una buena imagen, pero encajaron un gol de penalti que transformó Ortuño en un partido que acabó empatando gracias a un tanto de Óscar Díaz (1-1). En Lugo también recibió tras un lanzamiento de esquina mal defendido que Joselu no desaprovechó (3-1).

Otra gran oportunidad perdida se dio en el Ciutat de València en un encuentro en el que el Mallorca consiguió adelantarse. No obstante, el líder Levante se metió en el partido, que después terminó ganando, con un remate tras un córner (2-1). Ya con Olaizola en el banquillo, el Almería sentenció desde los once metros por una pena máxima transformada por Fidel. En la siguiente jornada, justo antes de las vacaciones de Navidad, el Numancia también sacó provecho de la debilidad de los isleños en esta faceta. Tras una falta lateral sacada por Julio Álvarez, Ruiz de Galarreta disparó y Manu del Moral metió el pie para desequilibrar la balanza, ya que hasta ese momento el choque estaba empatado (3-1). Sin embargo, uno de los episodios más dolorosos recientes, y eso que hay para elegir, se produjo en Getafe. El Mallorca se quedó sin premio ante uno de los 'gallitos' por un penalti inventado de Raíllo que transformó Jorge Molina (1-1). El tropiezo de Girona también duele mucho. Lo mejor es que Olaizola dé con la tecla para que el Mallorca deje de lamentarse cuando se produzca una acción de estrategia en contra.