"Lago Junior debería ser siempre el 'nueve' de referencia, le da mucho más al equipo", le decía un abonado a otro del Mallorca mientras salían del Iberostar Estadio después de presenciar la vital victoria del Mallorca ante el Rayo Vallecano (2-1).
El africano marcó un buen gol, el que inició el camino del triunfo, al aprovecharse de un buen robo y mejor asistencia de Brandon Thomas. El regreso de Lekic tras cumplir su sanción pone el debate sobre la mesa de Javier Olaizola, que no tiene muchas dudas de que estos tres futbolistas son los que deben ser los atacantes de los bermellones, pero sí acerca de quién debe ser el delantero centro.
La polivalencia del marfileño y las características físicas del balcánico, de 1,93 metros de altura, han provocado que la apuesta sea siempre la del serbio, pero hay voces que apuntan que el ataque del Mallorca es más dinámico con Lago como hombre más adelantado. Lo que parece seguro es que Brandon Thomas, máximo goleador del equipo con ocho tantos, ofrece su mejor versión como acompañante de otro delantero centro, más que si es él mismo el 'nueve' o se ubica pegado a la banda, por mucha libertad que tenga. El de Cala d'Or hace daño entre líneas y es muy molesto para los centrales rivales por su enorme movilidad. De hecho, así se evidenció el domingo ante los vallecanos, ya que gracias a su presión a Amaya fue capaz de robarle el balón para asistir con talento a Lago Junior.
El ex del Mirandés, que llegó en el mercado invernal de la pasada temporada tras pagar su cláusula de 240.000 euros, lleva cuatro goles y es el cuarto jugador más utilizado de la plantilla, tanto por Fernando Vázquez, como por ahora Olaizola. Eso sí, son contadas las ocasiones en las que ha actuado como punta nato, ya que casi siempre ha caído a una de las bandas.
Su potencia y velocidad se nota más cuando actúa por el centro ya que tiene más facilidad para ganarle la espalda a los centrales, normalmente más lentos que los laterales, que cuando lo hace como extremo. Aprovecha muy bien los espacios, como demostró, sin ir más lejos, en el magnífico tanto que marcó el 6 de enero ante el Mirandés en Son Moix. El Mallorca es más dinámico con Lago que con Lekic, que eleva la capacidad de remate del equipo cuando está sobre el césped. Y eso que el internacional, que también lleva cuatro goles, ha demostrado que con el balón en los pies no es tan torpe como su corpulencia podría hacer pensar. No obstante, es evidente que su poderío aéreo es un gran aval, como demostró en sus tantos ante el Zaragoza y Mirandés, con cabezazos que dieron puntos a los suyos.
Sin embargo, Lekic está en un momento que transmite confianza. Durante el mercado invernal ya dijo sin titubear que no consideraba necesario que los bermellones reforzaran su delantera. Su nivel de eficacia es sobresaliente, sobre todo por los pocos minutos que ha estado sobre el campo tras superar una lesión que le mantuvo más de un mes de baja poco después de empezar la temporada y tras acumular muchas semanas siendo suplente tras recibir el alta.
Su mejoría coincide con el desembarco de Javier Olaizola, con el que ha sido titular en todos sus partidos, a excepción del primero en Almería y del último, ante el Rayo, aunque fue por sanción.
Podrían ser cinco goles si se le hubiera dado el del Getafe, cuando un gran disparo desde fuera del área tocó en el larguero y acabó entrando gracias a que el balón rebotó en la espalda del meta de los madrileños. Es un ejemplo de que no solo sabe rematar de cabeza, como evidenció ante el Reus, cuando se aprovechó de un pase de Vallejo para batir por bajo la salida del portero. Su estilo da otro color al ataque de los isleños ya que desde su posición como clara referencia, intenta elevar el juego combinativo en esos metros tan decisivos, un aspecto que el propio Olaizola reclama desde hace semanas. El ostracismo de Óscar Díaz y el nulo protagonismo de Dalmau eleva la responsabilidad de Lago, Lekic y Brandon. Ahora es el técnico que debe dar con la tecla y elegir al mejor 'nueve' posible.
