Olaizola mejor que nadie sabrá lo que tiene que hacer, pero si alguien me pidiera opinión, que no va a ocurrir, apostaría por Lago Junior como acompañante de Brandon como pareja de ataque. El rendimiento del marfileño mejora de forma ostensible cuando juega centrado a la portería, y no como extremo. Hace tiempo que los rivales le han tomado la matrícula y saben que, desplazado a una banda, siempre a la derecha, realiza la misma jugada: intentar irse por velocidad.
Desde fuera da la impresión de que Brandon se siente más cómodo con Lago a su lado más que con Lekic, que ha ganado protagonismo con la llegada de Olaizola pero que se sigue mostrando muy irregular. Desaparece durante muchas fases de los partidos. A su favor, que ha firmado los mismos cuatro goles que Lago.
Lo positivo de todo este debate, fundamentalmente futbolístico, es que Olaizola cuenta con mimbres suficientes delante para intentar salir del pozo, a ser posible de la forma más rápida. El técnico cuenta con los dos, pero solo en el caso de que Lago juegue en la banda se les verá al mismo tiempo sobre el terreno de juego. Lekic combina bien, pero es excesivamente lento para el fútbol que se practica hoy en día; Lago es todo potencia y velocidad, un incordio para cualquier defensa, como pudo comprobar la del Rayo Vallecano en la primera media hora de partido. Con la llegada de Sasa Dzjelar y Angeliño, el técnico tiene perfilado su once ideal, mejor o peor, el que debe sacar a la entidad del atolladero en que se encuentra.
