El Real Mallorca anda metido en una espiral de buenas sensaciones que necesita convertir en victorias. El triunfo es innegociable hoy en Son Moix, por mucho que el Cádiz se presente como tercer clasificado y con el extraordinario aval de Alfredo Ortuño. Asusta el murciano, segundo máximo goleador de la categoría que hace justo un año se enfundaba la camiseta bermellona.

La clasificación aprieta por abajo al bloque de Javier Olaizola, que solo se mantendrá a flote si consigue saldar con victoria sus partidos como local. Por caprichos del calendario, el técnico vasco ha dirigido al Mallorca en cuatro desplazamientos (dos derrotas y dos empates) y en un solo choque como local (triunfo). Esta tarde regresa a Son Moix y no puede permitirse un tropiezo que eche por tierra los progresos conquistados en un 2017 en el que los rojillos no han estrenado todavía su casillero de derrotas.

Las bajas debilitan al Mallorca una semana más, particularmente en la línea de atrás. Olaizola ha recuperado a Raíllo, pero pierde a Yuste. Y con Ansotegi todavía convaleciente, previsiblemente Juan Rodríguez repetirá en el eje. Oriol entró en la lista, pero el técnico ya anunció que no saldría de inicio. Probablemente optará por ubicar a Campabadal en el lateral zurdo y a Juanjo Nieto en el diestro.

Una defensa en precario que tendrá la responsabilidad de detener a Ortuño, el atacante más en forma del campeonato al contabilizar trece goles en 22 jornadas. El futbolista, que en verano rechazó seguir en la isla para alistarse en el Cádiz, es el principal referente de un conjunto que ha ganado cinco de sus últimos seis compromisos.

Vuelve Dani Güiza

En el exitoso bloque andaluz hay otros dos viejos conocidos del mallorquinismo: el técnico Álvaro Cervera y Dani Güiza, histórico ‘pichichi’ del Mallorca en la temporada 2007/08 que volverá a Son Moix por primera vez desde que abandonó la isla rumbo a Turquía. A sus 36 años el punta es un habitual del banquillo, pero suele tener minutos en las segundas partes.

Olaizola quiere que los rivales “sufran” en Son Moix. Hasta la fecha pocos adversarios se han sentido verdaderamente incómodos en el estadio mallorquinista y muchos son los que se han llevado botín. El equipo tendrá el apoyo de una grada con la que el técnico vasco conecta muy bien, pero deberá subir su listón para doblegar a un atrevido Cádiz.

La clasificación no entiende de dinámicas, así que el Mallorca se exige un triunfo que le evite el amargo trago de volver a caer a plazas de descenso, aunque los empates del Mirandés y del Nàstic ayer dieron aire a los rojillos.

Si el equipo tirita en defensa, al menos ha recuperado efectivos en ataque. Regresa Brandon, que formará arriba con Lago y Lekic. Previsiblemente Olaizola mantendrá su 4-4-2, así que el marfileño tiene todas las papeletas para caer a una de las bandas. James se perfila como el sacrificado después de dos partidos muy discretos.