El arranque de año está siendo complicado en el Mallorca. El equipo no acaba de cerrar los partidos y la secretaría técnica no termina de aclararse con los refuerzos. O sí, porque lo de Álex Gallar tiene su pequeña historia... Por un lado, que la propiedad no tiene excesivo interés en ir malgastando dinero. Por otro está el control financiero de la LFP. Y por último, el interés del futbolista y su representante en mejorar su situación. Y por ahí se ha desarrollado la historia, en la que el interés del Mallorca, alto a finales de diciembre, ha ido disminuyendo a medida que la Cultural Leonesa complicó el traspaso y que el jugador y su entorno pidieron más. No solo a los rojillos, también a otros clubes.
Y hasta ahí el cuento, en el que sale beneficiado Gallar y también el Mallorca, porque esta situación abre las puertas a Pol Roigé y a canteranos como Ángel Sánchez o James, con igual o mejor futuro. Y la inversión para Molango y el director deportivo Javier Recio es menos costosa en estos casos.
Ahora el Mallorca mira hacia otro lado en busca de refuerzos, siempre que haya alguna salida para equilibrar números, aunque Lekic se lo pondrá difícil a quien venga. El serbio se ha destapado en los últimos partidos con la confianza de verse titular, añadiendo a su interés en trabajar por el grupo una efectividad que ni los apostadores más arriesgados habrían imaginado. Su productividad llama la atención y es una buena noticia para la secretaría técnica, ya que es un perfil de delantero que no habrá que buscar.
