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La crónica

El árbitro evita el despegue

El Getafe empata a diez minutos del final gracias a un penalti inexistente y desbarata un triunfo que los rojillos mascaban desde la primera parte - Alberto había marcado en propia puerta tras un fogonazo de Lekic en el mejor partido de la ´era Olaizola´

El Real Mallorca acariciaba ya ese golpe sobre la mesa que se le exige desde que empezó la temporada. Más bien era un martillazo en el feudo del Getafe, uno de los equipos más en forma de la competición que hasta el minuto 80 estuvo sometido por un Mallorca crecido y peleón. Pero en ese momento, a solo diez del final, el colegiado se sacó de la chistera un supuesto penalti de Raíllo sobre Jorge Molina.

Pena máxima para el grupo de Javier Olaizola, que llevaba por delante en el marcador desde que a los diez minutos Alberto se marcara en propia puerta después de un fogonazo de Lekic.

El colegiado evitó el despegue de un Mallorca que estaba gestionando su victoria con oficio, ofreciendo un recital defensivo ante un Getafe venido a menos. Por fin sacaron la garra los bermellones, aunque una decisión arbitral les privara de un merecido triunfo.

No hubo sorpresas en el equipo de Olaizola, que confirmó su apuesta por el 4-4-2 con Brandon y Lekic como dupla atacante. El ensayo contra el Hertha del pasado miércoles fue concluyente para el técnico vasco, que parece haber encontrado un once tipo.

El partido empezó sin dueño, con un Mallorca muy cómodo en el terreno de juego y un Getafe que todavía se estaba quitando las legañas. Brandon puso a prueba al desganado conjunto madrileño con una internada por la banda que acabó con un fuerte disparo cruzado.

Pero fue Lekic quien poco después despertó al Coliseum con un latigazo desde la frontal. El esférico fue del larguero a la espalda de Alberto para acabar crunzando mansamente la línea de meta.

El Mallorca estaba fino. Irreconocible en comparación con ese equipo acomplejado de casi todos los desplazamientos esta temporada. Y dispuesto a demostrar que el gol no había sido fruto de la fortuna sino de un ambicioso plan gestado toda la semana en Son Bibiloni.

Durante muchos minutos los hombres de Olaizola tuvieron más fe, más coraje y más ímpetu que su rival. Pero el Getafe empezó a sacar el colmillo. Superada la media hora Portillo no acertó en un disparo dentro del área pequeña. Y en la siguiente jugada de ataque local Cabrero tuvo que echar mano de su mejor versión para desviar un potente disparo de Lacen.

El Getafe acumuló argumentos para empatar antes del descanso, pero el Mallorca estuvo muy bien posicionado atrás y se llevó al vestuario una victoria provisional que ni los más optimistas habían presagiado.

Moutinho inauguró el segundo acto con un potente disparo que se estrelló en la cruceta. El portugués parece un futbolista invisible, pero cuando aparece lo suele hacer con estruendo. Quizás por eso mereció la confianza de Fernando Vázquez y ahora también de Olaizola.

El plan del Mallorca estaba claro: sembrar el campo de minas para trabar el avance del Getafe y explotar el contragolpe para matar el partido. En una de esas pudo marcar Lekic, pero el árbitro invalidó la acción por fuera de juego.

Los minutos pasaban sin que el Getafe encontrara el camino de la portería de Cabrero. Imposible ante un grupo bermellón muy junto, solidario y más peleón de lo acostumbrado. Mediada la segunda mitad Olaizola dio entrada a Vallejo por James para fortalecer todavía más la posición del Mallorca en el césped. Fueron los primeros minutos del centrocampista después de casi dos años mortificado por las lesiones.

La matinal de Getafe sonreía al Mallorca hasta que el colegiado se cruzó en su camino. Ais Reig castigó una inexistente falta de Raíllo en el área pese a que su asistente había señalado córner en la misma acción. Jorge Molina no falló y puso el empate en el marcador.

No dio tiempo para mucho más. Si acaso unos últimos minutos locos en los que pudo pasar cualquier cosa.

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