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El presidente más longevo y decisivo

Miquel Contestí abandonó hace hoy 25 años la poltrona de un Mallorca al que sacó de la ruina y lo dejó en la elite nacional

Miquel Contestí, justo antes de empezar su rueda de prensa de despedida hace hoy 25 años. miquel massutí

­El 9 de enero de 1992 no fue un día cualquiera para el mallorquinismo. La marcha de Miquel Contestí, el presidente más longevo de su historia, con la friolera de catorce años en la poltrona, provocó que no se hablara de otra cosa en la isla. Hoy se cumplen veinticinco años de un hecho importante porque en la centenaria historia del club ha habido muchos personajes clave, pero pocos tan decisivos como el abogado, al que muchos calificaron como el presidente milagro.

En la temporada 78-79 cogió un club en ruinas. El 30 de agosto de aquel año aterrizó en una entidad que no tenía ni jugadores. Solo cinco figuraban en nómina: Pou, Calero, Pep Jaume, Alzamora y Llaneras. Un club endeudado, que no pagaba la luz y con acreedores por todos lados. Contestí, que ya formó parte de la directiva de José Barona en la temporada 66-67, se apoyó en el por entonces presidente de la Federación Española, el catalán Pablo Porta.

El mallorquinista tenía que poner solución a la astronómica deuda que se encontró, cercana a los sesenta millones de pesetas de la época (unos 360.000 euros). Porta se desplazó a Palma y el fruto de la reunión fue un préstamo de 80.000 euros a devolver en diez años sin intereses. Ese dinero sirvió para empezar la Liga, en Tercera División, pero la ayuda se realizó con la condición de contar únicamente con profesionales solo si era en calidad de cedidos.

Esa primera temporada de Contestí al frente del Mallorca fue de transición, quedando el equipo en una mediocre decimotercera posición. Pero un año después vivió su primera gran alegría con el ascenso a Segunda. Tras seis años en Tercera, el Mallorca logró subir en una dura pugna con el Poblense, al que superó por dos puntos. Antonio Oviedo era el entrenador de un equipo que fue recitado de memoria por los aficionados que lo siguieron por toda la isla y que consiguió la friolera de diecisiete victorias consecutivas. Tras varias temporadas en la categoría de plata, el Mallorca de Contestí consiguió el ansiado ascenso a Primera. Fue en la temporada 82-83, cuando el equipo subió en el Bernabéu pese a perder ante el Castilla de Butragueño, Míchel y compañía. El Rayo, que no se jugaba nada, se impuso contra pronóstico al Deportivo en Riazor, y dejó sin ascenso a los gallegos. A la campaña siguiente vivió su primer gran disgusto al descender a Segunda. Koldo Aguirre primero y Marcel Domingo después no pudieron evitar el descenso a los infiernos. Tres victorias en todo el curso es el mejor resumen de un año para olvidar.

Dos temporadas después, de la mano de Serra Ferrer, se logró el ascenso en Las Gaunas, y dos después se volvió a perder la categoría, ante el Oviedo en la promoción. Un nuevo ascenso ante el Espanyol fue el último de Contestí, que dejó el club medio año después de haber llegado a la final de la Copa del Rey que siempre ha defendido que le "robaron" al Mallorca ante el Atlético en el Bernabéu.

Los clubes se transformaron en sociedades anónimas y Contestí, cansado, lo dejó. "Ahora se verá cuántos mallorquinistas hay", fue la sentencia de un presidente de Primera División.

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