Peor estreno no pudo tener ayer Pepe Gálvez en el banquillo del Mallorca B: con derrota (0-2) ante el Hércules y sin tan solo poderse sentar en el mismo debido a que no pudieron arreglar a tiempo su documentación -la Federación Española estaba cerrada por fiestas- para que figurase como primer técnico en la zona de banquillos. En su lugar, estuvo su ayudante, Alfonso Pérez, que recibió a lo largo del partido las indicaciones de Gálvez a través del teléfono móvil, aunque ello de poco sirvió para variar el signo final del partido.

Con todo, el encuentro fue raro en su globalidad. Por primera vez se pudieron ver las costuras de un Mallorca B que se resquebrajó con el 0 a 1 y vio cómo el Hércules, tirando de veteranía, se llevó los tres puntos en disputa.

Y es que pese al 0 a 2 final, la película del primer tiempo fue muy distinta a lo que los créditos finales indicaron. De salida, Tià Sastre tuvo en sus botas la opción de adelantar a los rojillos en el marcador. La respuesta, tímida, de los alicantinos, vino en algo parecido a una media chilena de Gaspar que se fue directamente fuera. El Mallorca B, llevando la iniciativa del juego, comenzó a crear peligro sobre el marco de Iván. Primero fue un remate de Antoine que no acabó en gol por la oportuna intervención de Pol Bueso. Posteriormente Álex Serrano lo probó de fuerte y desviado latigazo, mientras que Cedric sí que la tuvo muy clara al minuto 37. El 1 a 0 no llegó en esta acción, y curiosamente el Hércules, al filo del descanso, sí que la tuvo para colocarse por delante. Pero, el disparo desde la frontal del área de Chechu Flores acabó en las manos de Miquel Parera, sin problemas a lo largo del primer período.

Tras el paso por vestuarios, la película se torció para el filial rojillo desde el momento que, una vez más, la puntería ante el marco contrario brilló por su ausencia. Primero, Alex Serrano y después Fernando Cano tuvieron sus opciones para avanzar al cuadro de Pepe Gálvez. A partir de esas dos opciones para batir el marco de Iván Buigues, el Hércules empezó a coger la manija al encuentro. Las ocasiones alicantinas se multiplicaban. Se mascaba el gol visitante, y éste llegó. David Mainz, tras asistencia de su compañero Chechu Flores, fue el encargado de abrir la 'lata' rojilla, rematando la faena Álvaro Salinas, aprovechándose de un mal despeje con el pie del portero Miquel Parera, convirtiéndose la acción defensiva del portero del filial en un balón envenenado que acabaría al fondo de las mallas, y de esta forma cerrar el partido con la primera derrota de la era de los entrenadores Gálvez-Alfonso. Tras siete partidos sin perder y sin encajar ni un gol el filial cayó.