El Mallorca necesita como agua de mayo que el efecto del desembarco de Javier Olaizola en el banquillo del primer equipo sea sinónimo de buenas noticias. El nuevo técnico apenas ha podido dirigir cuatro sesiones con sus pupilos desde que el martes sustituyera al despedido Fernando Vázquez, el último ayer por la tarde en Almería, pero la victoria es obligada. De lo contrario, el equipo tiene muchos números de entrar en puestos de descenso porque, sin ir más lejos, los andaluces, con un punto menos en la tabla, ya les adelantarían en la clasificación.

Quizá suena a injusto que el listón de las exigencias esté tan alto para el histórico exjugador bermellón a las primeras de cambio. Es evidente que habrá que tener algo de paciencia, pero parte de su lenguaje bélico debe transformarse en actitud, garra e intensidad sobre el césped. No les queda otra a los jugadores del Mallorca, que necesitan enderezar el rumbo del equipo después de dos derrotas consecutivas ante el Elche (1-0) y Valladolid (0-3) que dieron la estocada Vázquez.

No se presumen muchos cambios en el once respecto a la anterior etapa, ni siquiera en el dibujo, aunque Olaizola ya ha mostrado sus preferencias por el 4-4-2. Lo que es seguro es que Cabrero será el portero porque Santamaría se quedó en la isla por unos problemas muculares de última hora. Company y Oriol parecen fijos en los laterales, mientras que Yuste y Raíllo serán los centrales. En el centro del campo Juan Domínguez y Juan Rodríguez se antojan como el doble pivote, lo que trasladaría a Culio a la izquierda. Lago empezaría por la derecha y Brandon como segundo punta. La incógnita reside en si Olaizola mantendrá a Lekic como delantero de referencia o si le da una oportunidad a Dalmau tras los elogios que le dedicó en su rueda de prensa del viernes.

Por su parte, los almerienses se reencuentran con el lugar donde le salen las cosas bien, que es en el estadio de los Juegos Mediterráneos, donde suma sus únicos triunfos en lo que va de campeonato. El técnico, Fernando Soriano, tiene las dudas en torno al centro de la defensa, dado que Joaquín Fernández es baja por sanción y era el compañero habitual de Morcillo, que ha estado entre 'algodones' durante toda la semana. Este sábado trabajó al mismo ritmo que el resto de compañeros. Caso de no hacerlo, Quintanilla o el canterano del Mallorca Ximo Navarro podrían ser pareja de Trujillo. También existen dudas en el centro del campo con el acompañante de José Ángel, el único sano en los últimos partidos de una parcela tocada por las ausencias de Fran Vélez y Diamanka. Los demás serán probablemente los mismos que en los últimos partidos disputados, salvo esa ausencia de Joaquín Fernández, que se ha convertido en un fijo para Fernando Soriano.

El Almería parece una buena oportunidad para que el estreno de Olaizola tenga final feliz, pero toca demostrarlo esta mañana. Es la hora de la verdad.