No llegó a llorar, pero sí se le notó emocionado. Fernando Vázquez aseguró ayer en su despedida que considera su despido un error. "Pienso que se equivocan, pero les entiendo, aunque no lo comparta", dijo ayer en la sala de prensa de Son Bibiloni ante una nube de periodistas. El ya exentrenador del Mallorca acababa de decir adiós a los que fueron sus jugadores, al presidente Monti Galmés y al consejero delegado, Maheta Molango, entre otros. Precisamente fue el suizo el que le comunicó el martes su despido, sobre las 16 horas, en un conocido restaurante palmesano. "Para mí ha sido sorprendente, tengo que reconocerlo, tal y como está la Segunda División, con un tercio de la Liga ya pasado. Me faltaron algunas cosas por probar, no me dio tiempo para hacer el equipo que yo pienso que podía aspirar al objetivo que yo tenía en la cabeza, el club decidió otras cosas y tengo que aceptarlo", explicó.

El gallego fue preguntado acerca de los motivos por los que llega su destitución. "Quizá no supe vender bien lo que yo pensaba, no conseguí atraer a todo el mundo aunque hubo mucha gente que creyó en mí y me apoyaba y a los que doy las gracias. Y entiendo a los que no me apoyaban, las cosas no fueron bien en materia de resultados, creo que se podían mejorar y entiendo la crítica", argumentó. El de Castrofeito está convencido de que su trabajo iba por el buen camino, a pesar de que el Mallorca está fuera del descenso por el golaverage. "No sé si me equivoqué o no, he dado lo máximo, me he entregado al máximo, a veces demasiado y cometiendo algún error, pero me impliqué al máximo con los jugadores. No siento que me haya equivocado mucho, no he cometido demasiados errores, y estoy especialmente orgulloso de mi relación con el equipo", apuntó.

Vázquez, que dio las gracias a todos los empleados del club con los que ha convivido, envió un mensaje de ánimo a la plantilla. "Me voy muy bien, en paz y contento y espero, tras hablar con los jugadores, que consigan lo mejor y deseo que hagan realidad lo que habíamos soñado", dijo. El preparador desveló que se cruzó con Olaizola en el vestuario: "Le di un abrazo y le deseé suerte. Tuve una relación maravillosa y se tomó una decisión que estaba por encima de nosotros". El técnico, que no aseguró que vuelva a entrenar, no guarda rencor a Molango. "Tengo una relación especial con él, le aprecio mucho y sé diferenciar perfectamente el apartado profesional del personal. Entiendo su decisión aunque no la puedo compartir porque yo creía tener fuerza y buena relación con el vestuario para revertir la situación", finalizó.