El Real Mallorca ha encallado en la zona templada de la clasificación, un área poblada por un pelotón de equipos más o menos equidistantes entre el descenso y la promoción de ascenso. El bloque de Fernando Vázquez acumula ya cinco jornadas consecutivas sin perder, y pese a todo no ha conseguido despegar. Lo impide su apego a los empates.

Los bermellones contabilizan siete igualadas, tres de ellas en los últimos cuatro partidos. Y por idéntico resultado: 2-2 frente al Nàstic de Tarragona, Zaragoza y Sevilla Atlético. Un punto es un pobre botín en una categoría tan igualada, por lo que el Mallorca lleva algunas jornadas instalado en pleno atasco.

El Numancia encabeza con ocho el ránking de empates de la categoría. Le siguen el Mallorca, el Nàstic y el Tenerife. Por cierto que los rojillos ya se han enfrentado a esos dos equipos esta primera vuelta con resultado de tablas en el marcador.

Un pañuelo

El grupo de Vázquez no se mueve ni hacia adelante, ni hacia atrás. Esta jornada parecía propicia para enlazar dos victorias consecutivas por primera vez esta temporada y dar así un salto en la clasificación. O eso parecía después de triunfar en el Arcángel la pasada jornada. Sin embargo, una semana más los rojillos despreciaron el 'factor campo' y dejaron escapar dos puntos contra el Sevilla Atlético.

El empate tuvo mejor sabor porque el marcador reflejaba al descanso un sombrío 0-2, pero lo cierto es que no valió para iniciar una racha victoriosa que allanara el camino a una zona de 'play-off que sigue a dos puntos. Hasta cuatro equipos se interponen entre el grupo bermellón y el Lugo, séptimo clasificado que marca la frontera con la promoción de ascenso.

Por otro lado, el Mallorca sigue mirando por el retrovisor con aprensión. El descenso queda a tres puntos, y aunque hay siete equipos entre los rojillos y el Mirandés, cuarto por la cola, un par de resultados negativos pueden volver a meter en un lío a los hombres de Vázquez.

El cuadro bermellón aún no se ha definido en una categoría en la que todo está muy apretado. Solo el Levante, que últimamente renquea, ha conseguido un apreciable colchón de siete puntos con respecto al segundo clasificado, un Girona que una temporada más parece dispuesto a sorprender. El resto de equipos viven en un pañuelo. Así lo demuestran los números: entre la promoción y el descenso solo hay cinco puntos de diferencia.

El Mallorca afronta el próximo domingo una comprometida visita al feudo del Elche. Es en los desplazamientos donde los rojillos muestran su peor cara, por mucho que el último lo saldaran con victoria.

La clasificación tardará todavía bastantes jornadas en estirarse, pero los rojillos deben empezar a tomar posiciones. Han demostrado ser un equipo difícil de batir, pero también han evidenciado notables flaquezas. La inconstancia está siendo la marca de la casa y de momento solo Brandon aporta algo de luz para desatascar los partidos.

Pelear el ascenso es el claro objetivo de Vázquez y los jugadores, por mucho que por ahora el vestuario no se quiera poner más presión de la cuenta. De momento el equipo ha sido incapaz de afirmar su candidatura dando un golpe de autoridad. Elche ofrecerá otra oportunidad para un Mallorca que quiere pero que, muy a su pesar, la mayoría de las veces no puede.