Culio es absolutamente imprescindible en los esquemas de Fernando Vázquez, aunque ayer no vivió una de sus mejores mañanas como bermellón. El argentino, que fue de más a menos en su rendimiento e influencia en el juego del Mallorca, lo tenía todo de cara para adelantar a los suyos desde los once metros, pero lanzó mal el penalti y Dmitrovic le adivinó la intención. A partir de ese momento, solo era el minuto seis, quiso enmendar su error, pero estuvo demasiado revolucionado. De hecho, vio la tarjeta amarilla y estuvo cerca de ver la segunda en varias ocasiones, tanto cometiendo faltas como protestando, para desesperación del técnico gallego, que reconoció en rueda de prensa que llegó a temer por ello. En la segunda estuvo más calmado, aunque gozó de un menor protagonismo sobre el césped. Será baja por cinco tarjetas en Tarragona en la próxima jornada.
