"No me empeño en un jugador, si no me da rendimiento pasa a la cola", aseguraba Fernando Vázquez el sábado tras caer en Lugo (3-1). Respondía a una pregunta acerca de Moutinho y Óscar Díaz, pero bien podría haber servido para referirse a Joan Oriol. El lateral izquierdo, indiscutible desde que aterrizó en la isla en el verano de 2015, se quedó en el banquillo por primera vez en mucho tiempo por una razón puramente técnica, sin molestias físicas de por medio. Una sorpresa que quizá demuestra que ni siquiera el catalán, que la pasada campaña disputó treinta y nueve de los cuarenta y dos partidos de Liga, es intocable.
El entrenador del Mallorca apostó por alinear a Biel Company en el flanco zurdo, por mucho que el de Maria de la Salut jugara a pierna cambiada en una posición que no es la suya natural. El resultado no fue bueno porque, más allá de la derrota, los errores defensivos de toda la zaga facilitaron el triste desenlace para los bermellones.
Solo Vázquez sabe la razón de dejar en el banquillo al catalán, aunque quizá no le gustaron sus declaraciones tras empatar ante el UCAM Murcia (0-0) en el Iberostar Estadio en la anterior jornada, en la que venía a decir que la defensa lo hacía muy bien y que ahora solo faltaba que los delanteros acertaran ante la portería rival para ganar partidos. La interpretación de estas palabras, que suenan a soberbias, han llamado la atención en un vestuario en el que precisamente no sobra la autoestima.
Oriol padeció en verano una lesión que le obligó a perderse la concentración de pretemporada en Sittard (Holanda) y hasta cinco amistosos. Empezó a entrar en la dinámica de grupo mucho más tarde que el resto, pero eso no le restó oportunidades para jugar cuando arrancó la Liga.
De hecho, más allá del experimento ante el Reus de la primera jornada, en la que los bermellones jugaron con tres centrales y se quedó fuera, Vázquez siempre le había puesto en el once titular -seis partidos, 572 minutos-. Hasta el sábado en el Anxo Carro.
Y esta decisión llama la atención porque el club, incluido el propio técnico, han mostrado su confianza a ciegas en Oriol. La pasada campaña ni siquiera tenía un recambio natural, lo que facilitó su enorme protagonismo en su puesto. La entidad prefería reforzarse en otras posiciones antes que en una en la que consideraba que con Oriol, más la polivalencia de Company, era suficiente.
Este verano ha sucedido algo similar, aunque con la diferencia de que Vázquez aceptó que llegara Alberto López, un lateral zurdo cedido por el Málaga y que solo había actuado en el filial malacitano en Tercera División. Es decir, no estaba llamado a hacerle muchas cosquillas al experimentado Oriol, por muchos buenos informes que presentara. Sin ir más lejos, a pesar de que el andaluz sufrió una lesión en la pretemporada, de la que se recuperó, no ha entrado en ninguna lista de convocados en la Liga. Está por ver qué sucederá ante el Huesca el próximo sábado, pero Oriol ya sabe que no será titular para siempre.
