El Mallorca B sumó un valioso empate en su visita al Sabadell en la Nova Creu Alta. El conjunto que dirige Javier Olaizola se adelantó gracias a un disparo lejano de Ángel Sánchez, pero el cuadro local reaccionó en la siguiente acción e igualó un marcador que ya no se movería más.

La primera ocasión fue para el Sabadell en el minuto 6, en un centro de Verdú desde la banda que remató Carreño por encima del larguero bermellón. Sería el preludio de que el gol estaba cerca, aunque cayó del lado visitante. A balón parado, en una falta botada por Juanjo desde la zona de tres cuartos que Ángel culminó con un zurriagazo desde fuera del área. Sin embargo y a renglón seguido, llegaría la igualada de los arlequinados: Migue García, tras un centro desde la derecha, remachó al fondo de las mallas en el segundo palo superando a Parera.

Poco después, el juvenil Alberto respondería en un disparo que se iba a las nubes. El partido entró en una fase de mediocampismo sin dominio ni llegadas claras. Pasada la media hora de juego, Verdú buscó a Carreño pero se anticipó Parera al remate.

De ahí al término del primer tiempo, los bermellones eliminaron cualquier atisbo de peligro arlequinado.

Tras el receso, y después de unos minutos sin que pasara nada destacado, la nota positiva del encuentro para los locales fue la entrada de Juanjo Ciércoles 500 días después de lesionarse de gravedad en la rodilla derecha. A partir de ese momento, predominó el respeto mutuo y, sobre todo, la falta de calidad en la zona de tres cuartos. Todo, hasta que en el minuto 64 de partido Ian González pudo convertir el 2-1 para los de Solivelles tras un magnífico pase al hueco de Jordan Sánchez, pero el extremo desperdició el mano a mano con el guardameta mallorquín.

Antes, el técnico visitante Javier Olaizola había movido ficha introduciendo en el terreno de juego a Joan Sastre -defensa- por Rodado -delantero- en busca de algo más de frescura. La respuesta del técnico del Sabadell había sido meter en el campo al propio Ian para dar más mordiente en ataque. En esa tesitura, el conjunto arlequinado logró ponerle una marcha más a su juego y se acercó con ligero peligro al área visitante, pero sin la profundidad necesaria para hacer daño.

Los mallorquines supieron defenderse como gato panza arriba en el tramo final, intentando de tirar de oficio y 'veteranía' para asegurar el empate. De ahí hasta el final, solo un tiro de Tià Sastre que Ezquieta desvió a córner y que permitió un reparto de puntos al que se hizo acreedor el Mallorca.