Si cometes errores groseros en defensa y la ves cuadrada en la delantera, lo más lógico es que se pierda. Lo que hizo ayer el Mallorca en un partido que no fue de los peores de los ocho disputados, sobre todo en la primera parte, y que se volvió a perder porque delante falta calidad. Como ha sucedido en anteriores encuentros, si el equipo hubiera aprovechado las ocasiones que tuvo -al menos cuatro clarísimas, con todos los remates al muñeco- otro gallo cantaría. Hasta ahora, la solidez defensiva servía para disimular las muchas carencias del equipo. Pero ahora, ya ni por esas. En el primer partido de Cabrero bajo palos -se tiró tarde en el primer gol-, el grupo de Vázquez encajó tres goles, seguramente los tres evitables por una defensa que ayer, como ante el UCAM, no estuvo a la altura.
Es hora de reaccionar. Vázquez es víctima de la falta de calidad arriba -aunque también responsable por tolerarlo- y su puesto empieza a estar más en entredicho que nunca.
