Maheta Molango insistió ayer en su idea de que el Mallorca y la imagen que proyecta en la sociedad no solo depende de lo que suceda en el terreno de juego. "El valor del club no se ha de medir solo en el resultado", aseguró ayer durante la conferencia que ofreció en el Hotel GPRO Valparaíso de Palma en un acto organizado por el Cercle d´Economia.

El consejero delegado del Mallorca ofreció su visión de cómo gestionar la entidad deportiva más representativa de la isla. "Mi éxito o mi fracaso depende de un juego, por lo que hay que tener una dosis de paciencia mayor de lo normal", comentó después de reconocer que la diferencia entre estar en la elite o en Segunda División es abismal: "Nuestro éxito pasa por subir a Primera desde el punto de vista económico. Esa es la verdad".

El suizo, que pronunció un discurso de cuarenta minutos, sin consultar ningún papel, y en el que después respondió durante cincuenta a los asistentes, incidió en el mensaje que el proyecto de Robert Sarver es a largo plazo. "Estamos aquí para quedarnos, y eso la gente lo tiene que saber. No estamos aquí para el éxito inmediato", dijo. De hecho, se apresuró a recordar que el banquero estadounidense no desembarca en el Mallorca para hacer negocio. "Pero si deportes como el fútbol son deficitarios. Cuando ganas dinero es porque las cosas van bien, pero eso te obliga a invertir más dinero para que sigan yendo bien porque hay más exigencia. Sarver tiene pasión por el fútbol, aunque no tiene ni idea, pero a sus hijos les encanta", expresó en primera instancia al respecto. "Nuestro objetivo es que dentro de tres o cuatro años se note que hay un antes y después a nuestra llegada el 4 de enero", subrayó.

Eso sí, el abogado apuntó que los que abonan las facturas son los propietarios actuales. "El sentimiento no se vende ni se compra, pero alguien tiene que pagar las deudas", dijo en unas palabras que parecieron ir dirigidas al expresidente Bartolomé Beltrán, que en la gala del Centenario le recordó la pasión que despierta el escudo, más allá del dinero que genera.

El dirigente, de 34 años, deslizó algunos detalles en los que está trabajando para que el club aumente su prestigio. "Para nosotros es básico activar el retorno de la inversión de los patrocinadores, no es un mecenazgo. La cuestión está en cómo les podemos ayudar nosotros a ellos a aumentar su negocio. Tenemos que pensar en más allá de lo obvio, es el modelo NBA, la gente debe pagar por algo más", comentó.

Y dio mucha importancia al trato a los abonados, entre los que recordó a los de la Part Forana, que forman un cuarenta por ciento de la masa social. "Si antes éramos malos no podíamos exigir más por el carnet. Por eso son los más baratos de la Liga, aunque hemos subido el precio de la entrada normal. Ser socio tiene premio y debemos darle un aspecto diferencial. Y aun así hemos ganado más dinero en este tema. Ya hemos ingresado en entradas lo que el año pasado teníamos en diciembre. Son tres meses de diferencia", desveló satisfecho.

Molango apuntó que quiere que el club sea más modesto y cercano a la gente de lo que era a su llegada. "Había una percepción del Mallorca en el que nuestra historia era un problema. Había que ser más humildes, venía de ser un club opaco", comentó. Y resaltó el papel de los futbolistas: "Un jugador es un empleado más del club, les pagan para ello, como por ejemplo el otro día Campabadal o Pol Roigé, en su día libre, vinieron a Barcelona a un acto. Este es el modelo NBA también". Molango concede mucha importancia al aspecto humano a la hora de apostar por un fichaje. "La clave está en elegir a los jugadores, entender a quién fichas y saber qué te va aportar en el campo. Culio le dijo el otro día a Brandon, que se estaba pensando comprar un coche, que mejor que invirtiera en una casa para su futuro. Si te rodeas de gente así te irá mejor", señaló.

Por último, el exfutbolista admitió que no ve una solución al controvertido asunto de los terrenos del Lluís Sitjar: "No veo una salida fácil. Nos gustaría volver allí para hacer un estadio, no una torre ni un parque acuático y, como no es posible, pues es algo que está en un punto muerto. Ya veremos qué pasa".