Todo apunta a que el consejero delegado del Mallorca Maheta Molango tendrá más paciencia con Fernando Vázquez que con Pepe Gálvez, quien solo aguantó cinco jornadas en el banquillo de Son Moix tras presentar un balance de una sola victoria, dos empates y tres derrotas. La situación es muy parecida a la actual. El inquilino del banquillo de Son Moix ha alcanzado la cuarta jornada sin conocer todavía el triunfo, con dos empates y otras tantas derrotas. Pero, por encima de cualquier otra similitud, en lo que coinciden el Mallorca de Vázquez y de Gálvez es en el buen juego que practican sus equipos. Al mallorquín no le fue suficiente. ¿Lo será para el gallego?

El 6 de diciembre de 2015 Gálvez, segundo del 'Chapi' Ferrer, sustituía al catalán en el banquillo con una victoria sobre el Albacete por 2-0. El técnico de Calvià, ahora en la secretaría técnica realizando informes de los rivales del Mallorca, cortó una racha nefasta del equipo con Ferrer al frente. Pero la alegría duró poco porque, a la semana siguiente, el equipo perdía por 2-1 ante el Tenerife de Martí con dos goles encajados en solo un minuto. Una derrota que hizo daño, tanto como el empate en la siguiente jornada del Girona en Palma en el último minuto, cuando ya se acariciaban los tres puntos después de un partido muy bien jugado por los rojillos.

El equipo recibía buenas críticas, pero era obligado un cambio radical en los resultados, sobre todo con la llegada del grupo liderado por el empresario norteamericano Robert Sarver, que asistió en el palco del Martínez Valero al empate a uno contra el Elche. La derrota en la siguiente jornada en Córdoba (3-1), con Maheta Molango ya ejerciendo de consejero delegado, dejaba a los pies de los caballos a Gálvez, quien ya no se podía escudar en el buen juego del equipo. La derrota el 17 de enero en casa ante el Valladolid, con un gol de Villar en el último minuto, fue su condena definitiva. El equipo, como el pasado domingo en Vallecas, desperdició claras ocasiones de gol y Gálvez fue sustituido por Vázquez con 20 puntos y en zona de descenso al final de la primera vuelta.

Molango apostó por la experiencia del técnico de Castrofeito, que a duras penas evitó el descenso al pozo de la Segunda B en la última jornada del campeonato, en Valladolid.

La situación actual es muy similar a la vivida por Gálvez. Como entonces, el equipo juega bien, pero le cuesta un mundo marcar y sacar fruto de su dominio en los partidos. Salvo en el debut ante el Reus, ante el que no se jugó bien pero con un castigo excesivo con el gol de los catalanes en el último minuto, el Mallorca ha sido superior a todos sus rivales sobre el terreno de juego, superioridad que no se ha traducido en victorias por la falta de contundencia en la delantera.

La salida del club de Colunga y la lesión de Lekic, que no reaparecerá en dos meses, según Vázzquez, ha dejado al equipo con solo dos puntas natos, Óscar Díaz y el inexperto Dalmau. En el fútbol mandan los resultados, como bien sabe Gálvez, por lo que Vázquez debe empezar a ganar.