­Tercera jornada y el Real Mallorca ya camina por el alambre. Solo una victoria esta tarde ante el Oviedo devolvería a los bermellones a tierra firme, liberándoles de muchas de sus inseguridades. Lo necesita el equipo y una grada que vuelve a ver fantasmas por todas partes.

Fernando Vázquez mantendrá previsiblemente el once que arrancó un punto más que digno en el Ramón de Carranza. Hay un único cambio obligado en el lateral diestro, el de Campabadal por Company, que cumple sanción después de ver la roja en Cádiz. Por contra recupera a Moutinho, pero sería una sorpresa que incluyera al portugués en el once titular.

Más de uno en el vestuario celebra la deserción de Adrián Colunga, formalizada el martes, pero la nula capacidad del club para cubrir su baja ha dejado un sabor amargo y la sensación de que a la plantilla le falta mucha pólvora para estar arriba o incluso para ser competitiva. No habrá cambios hasta el mercado de invierno, así que Vázquez tendrá que tirar con lo que tiene.

Un punto de seis en estas seis primeras jornadas es una escasa renta que obliga a sumar los tres ante los asturianos, por mucho que Maheta Molango vaya pregonando las bondades de sacar un punto en Son Moix. Se supone que el consejero delegado pretende quitar presión a los futbolistas, pero con ese discurso se arriesga a tener un vestuario más acomodaticio de lo normal.

Candidez

Se supone que el Mallorca no cambiará el guion de Cádiz y querrá llevar la iniciativa. El conjunto bermellón tuvo un insólito protagonismo con el esférico en el Ramón de Carranza, hasta alcanzar un 65 por ciento de la posesión. Falló donde casi siempre, en los últimos metros, demostrando una vez más una preocupante candidez ante la portería rival. De nuevo estará bajo el foco Óscar Díaz, delantero más el delantero más entonado del plantel y que la pasada jornada inauguró su cuenta goleadora.

El Oviedo de Fernando Hierro también presume de buen trato al esférico, así que se presume un bonito duelo por la posesión en el centro del campo. Los asturianos buscan progresar con largas circulaciones que protagonizan David Fernández, Erice y Torró, buenos peloteros en una categoría escasa de talento. En el Mallorca buena parte del juego de creación pasa por las botas de Juan Domínguez y Culio, aunque todo empieza con una buena salida del balón desde la defensa.

Los asturianos aspiran a todo esta temporada, con Toché y Jonathan Pereira como hombres más peligrosos.

El Mallorca necesita una victoria con la que despejar dudas antes de la comprometida visita a Vallecas de la próxima semana y que además anime a un mallorquinismo desencantado por el saldo que ha arrojado el mercado de verano. En suma, no se puede repetir el fiasco inaugural ante el Reus que terminó con pitos y pañuelos al viento.