A buen seguro que le costó conciliar el sueño anoche a Biel Company. El lateral derecho, uno de los futbolistas más regulares en su rendimiento de la plantilla desde que alcanzó el primer equipo, fue uno de los tristes protagonistas del partido, sobre todo en la primera mitad, al cometer un penalti que se podría haber ahorrado. Porque el de Maria de la Salut desequilibró con la suficiente fuerza a Ortuño para derribarle, aunque el murciano también puso de su parte para irse al suelo. El canterano no se lo podía creer cuando el colegiado madrileño Pizarro Gómez señaló la pena máxima. Pero lo era. Sabía lo que significaba para el Mallorca, sobre todo porque los bermellones estaban siendo mejores sustancialmente que el Cádiz. Ortuño adelantó a los suyos para desesperación de Company. El canterano se mostró revolucionado en alguna acción, quizá nervioso por los silbidos que le llegaban desde la grada cada vez que tocaba el balón, pero después se entonó en la segunda mitad. Incluso probó fortuna ante la portería rival con un disparo seco con la zurda, pero el balón se fue fuera. No obstante, cuando más volcado estaban los baleares ante la meta de Alberto Cifuentes, Company vio la segunda tarjeta amarilla. La expulsión no tuvo ninguna influencia en el resultado, pero va a dejar al mallorquín sin jugar en la próxima jornada ante el Oviedo.
